
“Una reunión productiva”: Trump y Putin dialogan en Alaska sin acuerdo sobre Ucrania

En la fría pista de la base Elmendorf-Richardson, en Anchorage, Alaska, dos hombres bajaron de sus aviones presidenciales con pasos medidos y sonrisas estudiadas. Donald Trump y Vladímir Putin se dieron un apretón de manos breve, casi teatral, que fue fotografiado y retransmitido como si en ese gesto se concentrara la promesa —o la ilusión— de que la guerra en Ucrania pudiera empezar a extinguirse. No hubo discursos grandilocuentes, apenas unas frases de cortesía, antes de retirarse juntos en la limusina presidencial hacia una sala donde las puertas se cerrarían por tres horas.
BREAKING: At the Alaska summit, there was no ceasefire. No deal. No multi-lateral next meeting. No details disclosed. No questions taken. Just a lot of compliments heaped on Putin.
What a weak President.pic.twitter.com/GrcJVIZkOx
— Really American 🇺🇸 (@ReallyAmerican1) August 15, 2025
Trump, acompañado por Marco Rubio y su enviado especial Steve Witkoff, llegó a la cita con un discurso ambiguo: quería un alto el fuego inmediato, pero también decía que todo dependía de “lo que escuchara” de Putin. El ruso, por su parte, se presentó con Lavrov y Ushakov, y guardó silencio sobre lo que estaba dispuesto a ceder. Según el Kremlin, se uniría después el ministro de Defensa, Andrei Belousov, para un formato ampliado. Era el primer cara a cara desde que Trump regresó a la Casa Blanca, y también el retorno de Putin a territorio occidental desde el inicio de la invasión a gran escala en 2022.
En la rueda de prensa posterior, sin preguntas ni detalles, ambos calificaron la reunión de “productiva”. Trump insistió en que “no hay acuerdo hasta que haya un acuerdo” y prometió informar a la OTAN y a Kyiv. Putin habló de la “seguridad de Ucrania” y de “eliminar las causas iniciales del conflicto”, pero sin revelar concesiones concretas. Ni un solo compromiso firme emergió, ni siquiera sobre el alto el fuego que Trump había puesto como condición para declarar éxito.
Nice touch, President Trump.
A total flex of American dominance by Trump as we fly a B-2 Stealth Bomber over Russian President Vladimir Putin’s head in Anchorage, Alaska. #Russia #Putin pic.twitter.com/aUKxehinsE
— Tara Servatius (@TaraServatius) August 15, 2025
Desde Kiev, Zelensky, excluido de la cita, repitió su rechazo a cualquier intercambio territorial y recordó que “en el día de las negociaciones, los rusos siguen matando”. Para él, la cumbre era una victoria simbólica para Putin; para varios gobiernos europeos, una maniobra peligrosa que podría marginar a Ucrania en las conversaciones sobre su propio futuro.
Más allá de la guerra, también se colaron asuntos bilaterales: el control de armas nucleares, proyectos energéticos en Alaska con rompehielos rusos y, de manera más discreta, la idea de una próxima reunión en Moscú. Trump no la descartó: “Me van a criticar un poco… pero podría suceder”.
Nada quedó claro. Los analistas recuerdan que, tras tres años y medio de guerra, ni Ucrania está dispuesta a rendirse ni Rusia a retirarse sin algo que presentar como victoria. La elección de Alaska —territorio vendido por el Imperio ruso a EE.UU. en el siglo XIX— sirvió de recordatorio histórico: las fronteras cambian, pero nunca sin costo. Y aquí, entre el frío y el protocolo, se respiró la sensación de que la paz, si llega, aún tendrá que atravesar un largo y pedregoso camino.
President Donald J. Trump and President Vladimir Putin in Anchorage, Alaska. 🇺🇸🇷🇺 pic.twitter.com/WwYL3DsXLa
— The White House (@WhiteHouse) August 15, 2025