Requien por Alfredo Victoria
Irma Sanchéz
La paradoja en la vida de Alfredo Victoria Moreno.
Lo que combatió, por lo que estudio, se especializó, ayunó se desveló y luchó incansablemente; como un feroz detractor, se volteó en su contra y le cortó la vida.
El médico y especialista en epidemiología que en los 2 años de la pandemia de la covid se convirtió en Puebla en el especialista más buscado, reconocido y respetado, tuvo entre sus manos la vida de docenas de infectados por el bicho asiático, a los que no soltó hasta entregarlos restablecidos a sus familias.
Muy pronto su nombre y número telefónico, destacaron en la pantalla de los teléfonos celulares de docenas de familias que lo requerían a cualquiera de las 24 horas de cada día.
Y ahí el profesional de la medicina y apasionado de la epidemiologia siempre estuvo presto, solidario.
Sus jornadas las llegó a compartir con su interés por el quehacer político y en el 2021 se dio tiempo para contender por la presidencia municipal de Puebla, postulado por
el PES (Partido Encuentro Solidario)
Su activismo político lo supo compartir sin descuidar a sus pacientes.
Todos lo identificaban como “el infectólogo” obligado a consultar en la región.
Y no solo por pacientes y familiares de estos, también por reporteros, productores y conductores de radio y televisión que lo consideraban la fuente obligada y la voz autorizada para informar sobre el mal, sus alcances y previsiones.
Tema que en primera persona con las docenas de contagiados que atendió, no logró evadir.
En una primera etapa ganó la batalla, pero lamentablemente las secuelas del maligno bicho, pese a todos los cuidados, le cortaron la vida con un fulminante ataque cardiaco la madrugada de este 26 de junio.
La noticia de su muerte de inmediato corrió como pólvora entre conocidos y gente que seguía sus comentarios y consejos.
De nada valió una vida ordenada, con alimentación cuidada y ejercicio, si las secuelas de la presencia del bicho en su vida le pasaron la factura más cara que pagó con su vida.
Hoy los poblanos le despiden con pena y ya lo comienzan a extrañar, con sus charlas por la radio y televisión.
Descanse en paz doctor, su sencillez, capacidad de comunicación y carisma, dejan pena y un hueco difícil de llenar.
