Opinión

Datos históricos para no olvidar: La Última Cena

6 septiembre, 2023 6:42 pm
Gabriela Hernández Huerta

“La pintura es poesía muda; la poesía es pintura ciega”.

Leonardo Da Vinci

La Última Cena (Il Cenacolo), es una pintura mural realizada entre los años 1495 y 1498 por Leonardo da Vinci (1452-1519). Fue encargada por Ludovico Sforza para el refectorio del Convento de Santa Maria delle Grazie en Milán, Italia. Leonardo no cobró por ella. La escena recrea la última cena de Pascua entre Jesús y sus apóstoles, a partir del relato descrito en el evangelio de Juan, capítulo 13.

​          En su versión de la última cena, Leonardo quiso mostrar el momento exacto de la reacción de los discípulos cuando Jesús anuncia la traición de uno de los presentes (Jn 13, 21-31). La conmoción se hace notar en la pintura gracias al dinamismo de los personajes que, en lugar de permanecer inertes, reaccionan enérgicamente ante el anuncio.

          ​Leonardo da Vinci introduce por primera vez en el arte de este tipo un gran dramatismo y tensión entre los personajes, cosa nada habitual. Eso no le impide lograr que la composición goce de gran armonía, serenidad y equilibrio, con lo que preserva los valores estéticos del Renacimiento.

​         En Los cuadernos de Leonardo da Vinci se identifican los personajes, que aparecen agrupados en tríos, a excepción de Jesús. De izquierda a derecha son:

​Primer grupo: Bartolomeo, Santiago el Menor y Andrés.

​Segundo grupo: Judas Iscariote, Pedro y Juan.

​Personaje central: Jesús.

​Tercer grupo: Tomás, Santiago el Mayor y Felipe.

​Cuarto grupo: Mateo, Judas Tadeo y Simón.

          ​Destaca el hecho de que Judas, a diferencia de la tradición iconográfica, no es separado del grupo, sino que está integrado entre los comensales, en el mismo grupo que Pedro y Juan. Con ello, Leonardo introduce una innovación en el fresco que lo pone en el centro de las referencias artísticas de su tiempo. Además, Leonardo logra dar un tratamiento realmente diferenciado a cada uno de los personajes en escena. Así, no generaliza la representación de ellos en un solo tipo, sino que cada uno está dotado de rasgos físicos y psicológicos propios. Sorprende también el hecho de que Leonardo pone en manos de Pedro un cuchillo, en alusión a los que ocurrirá poco después con Cristo. Con esto, Leonardo logra ahondar en la psicología del personaje de Pedro.

​          Leonardo usa la perspectiva en punto de fuga o perspectiva lineal, característica propia del arte del Renacimiento. El foco principal de su perspectiva será Jesús, centro de referencia de la composición. A pesar de que todos los puntos convergen en Jesús, su posición abierta y expansiva con los brazos extendidos y mirada tranquila contrasta y equilibra la obra.

​          El particular uso de la perspectiva en punto de fuga que hace Leonardo, combinado con la representación de un espacio arquitectónico de tipo clásico, crean la ilusión de que el espacio del refectorio se amplía para incluir a tan importantes comensales. Es parte del efecto ilusionista logrado gracias al principio de verosimilitud.

​          Uno de los elementos propios del Renacimiento fue el uso del sistema de ventanas, al que Leonardo recurrió mucho. Estas permitían introducir, por un lado, una fuente de luz natural, y por el otro, profundidad espacial. La iluminación del fresco La Última Cena proviene de las tres ventanas que se encuentran al fondo. Detrás de Jesús, una ventana más amplia abre el espacio, demarcando también la importancia del personaje protagónico de la escena. De acuerdo con algunos investigadores, Leonardo habría reflejado en La Última Cena su concepción filosófica sobre la llamada triada platónica, misma que estaría conformada por los valores de la verdad, la bondad y la belleza.

          ​La Última Cena es una enorme pintura de 4.60 metros de altura y 8.80 metros de ancho, y fue realizada con témpera y óleo sobre una preparación de yeso en lugar de la técnica comúnmente utilizada en la época del fresco.

​          Sabías que… la gran fama de esta obra maestra ha despertado el interés de muchos historiadores, investigadores y novelistas que buscan resolver los supuestos misterios y enigmas que rodean a este cuadro. Por ejemplo, en los libros “La Revelación Templaria de Clive Prince y Lynn Picknett, y en la novela “El Código Da Vinci” de Dan Brown, afirman que la figura a la derecha de Jesús no es el apóstol Juan, sino una figura femenina. Lo cierto es que estos misterios y curiosidades aún no han sido resueltos.

​          Sabías que… durante la Revolución Francesa, las tropas de Napoleón utilizaron la pared del refectorio para realizar prácticas de tiro, y durante la Segunda Guerra Mundial, en 1943, los bombardeos lograron arrancar el techo del antiguo comedor dominico dejando la pintura a la intemperie durante varios años.





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