Opinión

Fotografía en movimiento

16 agosto, 2024 8:01 pm
Eduardo Pineda

¿Qué es el cine?

¿Qué es una película?

¿Qué es la cinematografía?

-Definitivamente son cosas distintas, el cine es una industria y como toda industria es una colección de competencias en desigualdad de circunstancias, plagada de vicios, corrupción, estafas, tendencias, modas, consumismo, inmediatez y un muy largo etcétera. Y, también, como toda industria, tiene en sus recovecos a contados exponentes que lo salvan: cineastas que producen obras llamadas “de autor”, actores, directores, fotógrafos, productores, etc., que apuestan por el cine desde la perspectiva del arte.

Por su parte una película o filme, es el producto terminado, es el material que se expondrá en las salas, actualmente en las plataformas televisivas, en festivales y en momentos donde sus contenidos cumplan con una función recreativa, educativa, cultural o comercial. Una película puede ser una narración conmovedora acogida con una extraordinaria fotografía, un guión literariamente exquisito, bien musicalizada y perfectamente adornada y ensalzada por actuaciones magistrales; o puede ser un material de entretenimiento barato que sólo sirva para pasar el rato. Se han producido infinidad de películas y muy pocas son las que se guardan dignamente en la memoria de la humanidad por su aporte a la sensibilidad artística.

Y, la cinematografía, es la construcción de la narrativa a través de los recursos visuales capturados por una cámara y reproducidas a 24 fotografías por segundo, es decir, la cinematografía es la fotografía en movimiento, el conjunto de miles de fotografías que al correrse de forma continua manifiestan una articulación que cuenta una historia.

A decir de esta última respuesta, Jean Luc Goddard, prominente cinematógrafo suizo, asegura: “La fotografía constituye un instante, la verdad de un instante; y un filme es un conjunto de verdades que corren a 24 por segundo”.

Detengámonos por un momento en aquel cine que vale la pena como obra de arte y en aquel otro que funciona como una narrativa de denuncia social o de enriquecimiento cultural. Visto así, el cine y sus componentes pueden portar con orgullo el mote de “séptimo arte”, la actividad recreativa de acudir a una sala de cine es entonces también una actividad de aprendizaje y apreciación de la expresión de los autores desde sus distintas trincheras. Y, bajo esta óptica, podemos plantearnos otra pregunta: ¿cómo se elige aquella historia que se filmará o aquel acontecimiento que se documentará? Al respecto, el respetado director Stanley Kubrick, dice: “Si puede ser escrito o pensado, puede ser filmado” y sentencia con una máxima que es por todos conocida: “Una película es (o debería ser) como la música. Debe ser una progresión de ánimos y sentimientos. El tema viene detrás de la emoción, el sentido, después”.

Y aquí encontramos el concepto de emoción ya enmarcado en la producción cinematográfica, esa emoción que conduce inevitablemente a la necesidad de compartirla, de contarla y hacerla llegar a los colectivos de hombres y mujeres ávidos por recibir entretenimiento de calidad que abone a su formación humana.

El cineasta mexicano Guillermo del Toro también se ha sumado a esta forma de ver el cine y ha trabajado durante toda su carrera por salvarlo de las garras de la producción de plástico, desechable y contaminante del cine comercial, y, aunque Hollywood lo ha recibido en su industria, nuestro paisano ha encontrado la forma de garantizar la calidad artística a pesar de la presión comercial. Él comentaba que: “El director de cine trata de usar todas las herramientas narrativas para crear una emoción. La belleza y lo terrible existen casi en partes iguales, y un cineasta busca todo lo posible para reflejarlo”.

México cuenta con una academia de cinematografía, institución que año con año reconoce el trabajo de los mejores del gremio, este año nominó el documental Yaxche´oob del director Pablo Cruz Villalba, en él, se muestra la vida y cultura de una población maya al sur de México. En este documental, Karla Condado hace la cinematografía (fotografía) capturando la esencia de la comunidad negada a que sus tradiciones mueran.

Karla, haciendo uso de herramientas poco sofisticadas y a la vieja usanza, realizó la fotografía de este documental y se inscribe con ello en las páginas de las nominaciones del premio Ariel de la Academia Mexicana de Cinematografía. Ella es un ejemplo de la buena práctica del cine, una retratista de la emoción y la cultura y una mujer que cuenta historias a través de la fotografía en movimiento.

Eduardo Pineda

eptribuna@gmail.com





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