
Popocatépetl: ¿Quienes eran Don Goyo y los tiemperos que controlan el clima?
Xalliquehuac, Xiuhtépetl, Popo, Popocatépetl, o simplemente, Don Goyo.
Nuestro vecino malhumorado desde hace varias decadas ha estirado la liga del suspenso con sus constantes fumarolas en un estado latente de “Amarillo Fase 3”. Con repetidas expulsiones de ceniza, el Popocatépetl nos tiene al filo de nuestras puertas por si algún día (tocamos madera) tengamos que partir con la misma velocidad de un rayo.
Este miedo, que se traduce a la vez en respeto y admiración, nos ha hecho que tengamos la necesidad de humanizar a nuestro titán mexa. Es por eso que nuestro quérido Goyito, “cumple años” el próximo martes, o al menos eso es lo que han decidido los habitantes de Santiago Xalitzintla, al organizar el “Don Goyo Fest”, el cual sirve no solo para festejar a nuestro dios encarnado, sino para pedirle buena providencia para los cultivos de este año.
Pero ¿Por qué Don Goyo?
En Santiago Xalitzintla viven “los Tiemperos”, pertenecientes a la familia de los Analco. Según la tradición del lugar, los Tiemperos contaban con la habilidad de comunicarse con el volcán. Uno de los Tiemperos más famosos era don Gregorio Chino Popocatépetl.
Los cuentos dicen que él era el mismísimo Popocatépetl personificado, quién había abandonado su penacho, y su atlatl, para andar de chanclas y calzón de mata con una barba blanca. Se dice que don Chino, aparecía siempre que el Popo estaba a punto de activarse.
Finalmente, los Tiemperos. Ellos en la CDMX son conocidos como Graniceros, y en el estado de Morelos como Temporales. Ellos a través del ritual granicero continúan cocechando las bondades de la tierra. Su estrecha conexión con el volcán les permite ejercer control de la lluvia, los rayos, las tempestades, los granizos, las plagas, los vientos y los periodos de sequía. Este rito parte de la unión de un ritual prehispánico y de elementos católicos.
Guillermo Bonfil Batalla, famoso etnólogo y antropólogo, se inició en este arte teciuhtlazquie (“el que tira o lanza granizo”). Se dice que el documentalista Alfonso Muñoz presenció este rito ocultándose detrás de un árbol, en la Cueva de las Cruces en Tepetlixpa, Morelos, presenciando así la solemnidad del acto. O al menos, es lo que dicen los cuentos.