
Ozzy Osbourne murió: la última reverencia del Príncipe de las Tinieblas

Ozzy Osbourne está muerto. El hombre que nos dio “Iron Man”, que mordió la cabeza de un murciélago en pleno escenario y que convirtió el caos en una carrera millonaria, se despidió de este mundo a los 76 años. Sí, señores: la leyenda de Birmingham, el tipo que gritaba “I am the Prince of Fucking Darkness!” y que hizo del heavy metal una religión, ha colgado el micrófono.
Ozzy Osbourne has passed away at the age of 76. I still can’t believe it.
A few weeks ago he was giving his final concert. I hope you came home, Ozzy ❤️pic.twitter.com/XLcxWz4MqC
— 🎸 Rock History 🎸 (@historyrock_) July 22, 2025
Murió apenas semanas después de su última aparición en el escenario del Villa Park, donde se reunió por fin con los originales Black Sabbath. Fue un concierto de diez horas con Metallica, Guns N’ Roses, Steven Tyler, Pantera… una jodida orgía de distorsión. Ozzy cantó desde un trono, porque su espalda no daba más, pero aún así dejó todo. Se despidió con cinco canciones, una voz desgarrada y el Parkinson respirándole en la nuca.
Y sí, hubo lágrimas. No solo en el estadio. El video de su voz aislada en “Mama I’m Coming Home” hizo llorar a medio internet. Porque ahí estaba él: sin efectos, sin autotune, solo su voz áspera, honesta, maldita. Hizo ese show sin analgésicos porque le jodían la voz. Así de comprometido estaba.
Su último concierto será película en 2026. Y claro que la veré. Pero nada será igual sin saber que Ozzy sigue por ahí, deambulando como un zombi adorable, diciendo incoherencias con Sharon gritándole desde la cocina.
Se fue Ozzy. El metal no será lo mismo. Y yo tampoco.