Casos de huachicoleo reafirman su presencia en Puebla
Daniel Jácome De Jesús
Puebla, Pue.- A mediados y finales de la administración federal pasada, se indicó que el robo de combustible era un tema resuelto, sin embargo, durante este año, el denominado “huachicoleo” siguió presente en el estado de Puebla.
Pese a los esfuerzos desplegados por los tres órdenes de gobierno, la entidad poblana concentró mayoritariamente en 15 municipios, el robo de combustible, siendo Tepeaca el más afectado, con 116 tomas clandestinas detectadas hasta agosto de 2024, de acuerdo con datos proporcionados por Petróleos Mexicanos (Pemex).
Entre enero y septiembre de 2024, Puebla registró 432 tomas clandestinas, mientras que en el mismo período pero de 2023, se reportaron 352, es decir, no sólo no disminuyó, sino que la cifra creció en 80 casos.
Otras regiones afectadas por el robo de gas LP son: San Matías Tlalancaleca, Tlahuapan, Los Reyes de Juárez, Acajete, Amozoc y San Salvador El Verde.
Sobre el robo de petróleo destacan Huauchinango, San Martín Texmelucan, Coronango, Huejotzingo Ahuazotepec, Jalpan, Venustiano Carranza y Palmar de Bravo.
Pese a no figurar entre los municipios con más tomas clandestinas registradas, la ciudad de Puebla ha sido escenario de un caso reciente, el cual ocurrió en la colonia Bosques de Amalucan, donde de acuerdo con Protección Civil (PC) Estatal, se recibió el reporte del daño hecho a un ducto de Pemex, en un predio baldío de la referida colonia, a un costado del Carril de San Cristóbal.
Cabe recordar el caso de huachicoleo más reciente, en el que las consecuencias fueron gravísimas, mismo que ocurrió en la junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacan, el domingo, 31 de octubre de 2021, en el cruce de Avenida Gasoducto y Avenida del Ferrocarril, donde una toma de gas LP explotó, destruyendo viviendas a su alrededor y quitándole la vida a al menos cinco personas.
Por esos hechos al menos cinco personas fueron detenidas y sentenciadas a prisión por los delitos de homicidio calificado; lesiones calificadas; daño en propiedad ajena; ataques a las vías de comunicación: incendio y otros estragos; y encubrimiento por receptación.
Por tanto el robo de combustible permanece fresco en la memoria colectiva de Puebla, y sin duda, sigue siendo un tema a atender por las autoridades de todos los órdenes de gobierno.