
Chef clasista compara esquites de $30 con versión “gourmet” de $230
En tiempos donde cualquier cosa puede volverse un escándalo en redes sociales, esta vez le tocó a un chef veracruzano enfrentar el juicio del tribunal digital. Javier García, propietario del restaurante Mesa Criolla en Xalapa, publicó un video en el que comparaba unos esquites callejeros de 30 pesos con una versión “gourmet” que él mismo vende por 230 pesos. Lo que pretendía ser un experimento culinario terminó convertido en una lección sobre sensibilidad social.
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En el video, García aparece con dos versiones del tradicional antojito mexicano. Primero, sostiene un vaso de unicel con el esquite popular y comenta con tono displicente:
“Viene en un vaso de unicel, deben de ser unos 150 gramos, el sabor no está mal, nada del otro mundo”.
Luego presenta su creación: un esquite servido en tuétano, acompañado de chutoro de atún aleta azul, maíz cacahuacintle, crema de rancho y queso ahumado, al que describe como “jodidamente bueno”.
La frase que desató el incendio fue cuando el chef agregó que su versión “no es un esquite para todo el mundo”. El comentario se leyó —con razón— como una forma de clasismo gastronómico, una forma elegante de decir que hay comida “para ricos” y otra “para el pueblo”.
Las redes no perdonan. Miles de usuarios lo acusaron de menospreciar la gastronomía popular mexicana, símbolo de identidad y sustento para miles de familias. Hubo burlas, memes y críticas feroces. Algunos le escribieron: “Tu disculpa tiene un 3.5, 4 siendo generoso”, en referencia a la calificación que él mismo dio al esquite callejero.
Intentando apagar el fuego, García publicó un segundo video para ofrecer disculpas públicas. Dijo que su intención era hacer algo divertido, que se equivocó en el tono y que jamás quiso ofender a nadie.
“Soy el primero en aplaudir a quienes se dedican a los alimentos. También consumo esquites callejeros”, afirmó.
Como cuando ser mamador sale mal.
El chef del restaurante “Mesa Criolla” sacó un video difamando a los esquites de barrio, comparándolos con unos esquites mamadores de su restaurante
Pues fue tanto el hate, que tuvo que pedir disculpas 😂
Vayan a gentificar a su chingada madre pic.twitter.com/s5zXEUAdkR
— 𖤐El Zombie II𖤐𝕏 (@DimeFred2) October 11, 2025
Incluso invitó a sus seguidores a su restaurante para “meterles una chela y un esquité”, en un intento de reconciliación que, sin embargo, fue recibido con escepticismo.
El episodio revela una tensión cada vez más visible entre la alta cocina y la comida callejera. En un país donde la mayoría vive de lo popular, ese tipo de comparaciones despiertan heridas. Los esquites no son solo maíz con mayonesa; son parte de la identidad cultural y un símbolo de movilidad económica. Descalificarlos, aunque sea en tono irónico, es meterse con algo más profundo: el orgullo culinario mexicano.
Más allá del escándalo digital, el caso de Javier García recuerda que, en la era de las redes, los límites entre humor y arrogancia son tan finos como un grano de sal. En México, donde la comida une clases y generaciones, la humildad también se sirve en plato hondo.