Claman respuesta familias buscadoras de desaparecidos
Pilar Bravo
En el Día Internacional de las Personas Desaparecidas, que se conmemora cada 30 de agosto, la fecha ha sido de reclamos a la autoridad de administrar Justicia que le sigue debiendo respuestas a las familias que han denunciado la desaparición de uno de sus miembros.
La universidad IBERO Puebla y colectivos que se han amparado a esta institución llaman a concientizar sobre este grave problema social y le hacen un nuevo llamado a las autoridades para que ofrezcan respuestas y no se burocratice las búsquedas con expedientes que solo se quedan en el papel y en la saliva de los discursos oficiales.
En este día se ofreció una misa como parte de la conmemoración de la fecha, para dar paso a una marcha por la búsqueda de las víctimas de desaparición forzada en Puebla.
Arturo González, sacerdote oficiante, declaró que los resultados de búsqueda hablan por sí solas respecto al trabajo de las autoridades y pide al gobierno del estado que la nueva persona que sea nombrada para dirigir la Comisión de Búsqueda sea sensible y camine con los familiares.
Durante la semana se han tenido conversatorios y análisis haciendo la suma y la resta de los casos que han contado los buscadores de esos desaparecidos que son hijas, hermanos y hasta padres que desaparecieron de sus hogares al parecer sin tener motivos para dejar familia.
En el conversatorio con actores de la sociedad civil que han vivido en carne propia la desaparición y acompañan a otros en ese largo camino Guadalupe Pérez Rodríguez busca a su padre; Gilberto Barrón Cabrera, a su hijo; Omar Esparza Zárate, a su compañero de lucha; y María Luisa Núñez Barojas encontró a su hijo, sin vida.
Todos compartieron las historias de lucha, búsqueda y memoria que les ha traído la desaparición de sus seres queridos. Guadalupe Pérez es hijo de Tomás Pérez Francisco, desaparecido el 1 de mayo de 1990 entre las comunidades vecinas de Pantepec.
Para Guadalupe, su padre no es solo un desaparecido; a él le gusta recordarlo por su amor por la vida, el baile, las artes, los deportes, y su labor de defensa de los derechos de su comunidad. “La lucha por la vida tiene que ver con la defensa del territorio tierra, sino también del territorio cuerpo”. Esta enseñanza lo ha convertido en activista y buscador.
A Gerzahín Barrón González lo busca su papá, Gilberto Barrón, quien es vocero del colectivo Con Amor y Esperanza Hasta Encontrarles, que se concentra en el municipio de Huauchinango, donde la cifra oficial dice que hay 72 personas desaparecidas, pero el subregistro eleva la cifra a 150 casos.
“Ese dolor de no encontrar a tu familiar nos puede tirar, pero al momento en que nos tira también nos impulsa con la fuerza para decir ‘basta, tenemos que seguir luchando’. Porque no es únicamente mi hijo, hay muchas más personas que necesitan de este trabajo”
Gilberto ve en la IBERO Puebla y en sus compañeros de panel una oportunidad para apoyarse y accionar.
Omar Alfredo Esparza Zárate lleva 29 años trabajando con pueblos indígenas en el Movimiento Agrario Indígena Zapatista, y hasta hace 5 años lo hacía acompañado de Sergio Rivera Hernández, quien hoy está desaparecido. Sergio es padre de cinco hijos, y fue un actor clave para la defensa de los pueblos ante megaproyectos extractivistas y voraces en la sierra Negra de Puebla.
Y el caso más conocido el de María Luisa encontró a su hijo, Juan de Dios Núñez Barojas, cinco años después de su desaparición en Palmar de Bravo. Ella, como fundadora del Colectivo Voz de los Desaparecidos, inició su lucha prácticamente sola, pero hoy entiende su causa como “una lucha de varias familias que sin querer nos encontramos en la búsqueda de nuestras y nuestros desaparecidos”.
La ley de búsqueda es deficiente en Puebla, aunque es una de las herramientas que el Estado ha implementado para intentar saldar una deuda con las personas buscadoras, y que, según un análisis realizado por el IDHIE, es deficiente y opaca.
Rosario Arrambide González, directora del Instituto, expuso que apenas 5 de las 15 acciones implementadas en esta ley han sido cumplidas, y los mecanismos que lo acompañan son ineficaces. Se han quedado en el papel iniciativas como la realización de análisis de contexto que complemente las investigaciones, o la implementación de agentes de respuesta inmediata a casos de desaparición.
“No existe un cumplimiento total de esta ley. Consideramos que las leyes son necesarias, pero muchas veces no son suficientes porque no se cumple con su implementación”, dijo la directora Rosario Arrambide, quien continúa con una firme convicción de apoyar y acompañar a las familias de personas desaparecidas en Puebla.
Otros colectivos señalan que en lo que va de este siglo, se han perdido al menos 22 mil poblanos.