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Crisis en Miss Universo México: denuncias, detenciones y silencios

10 noviembre, 2025 1:01 pm

Hay crisis en Miss Universo México. Y no una menor. Lo que comenzó como un escándalo mediático entre el empresario tailandés Nawat Itsaragrisil y el mexicano Jorge Figueroa —director nacional del certamen— se ha convertido en una telenovela internacional con denuncias de violencia, detenciones en Tailandia y una organización que guarda silencio ante el naufragio.

La más reciente bomba la soltó Michelle Domínguez, actual Miss Quintana Roo 2025, quien denunció públicamente haber sido víctima de violencia y hostigamiento dentro del concurso. En un video que circula en redes, la modelo relató episodios que rayan en el abuso de poder: insultos, manipulación de conversaciones, agresiones físicas y hasta una irrupción nocturna en su habitación.

Fui víctima de violencia de Jorge Figueroa”, declaró con la serenidad de quien sabe que está desafiando a una estructura impune.

Según Domínguez, Figueroa generó un ambiente hostil entre las participantes, al punto de provocar que una compañera la golpeara en la cara tras difundir rumores sobre su conducta. Pero el relato más alarmante es otro: el directivo habría entrado a su habitación a las dos de la mañana acompañado de cinco personas para revisar sus pertenencias sin consentimiento. Intentó denunciarlo ante la organización, pero nadie la escuchó. “Levanté la voz de manera profesional, pero no sirve en esta organización”, dijo con amargura.

El caso de Michelle resuena especialmente porque ocurre a la par de la polémica internacional que involucra a Miss Universo México en Tailandia. Allá, el propio Jorge Figueroa fue presuntamente detenido por la policía local tras ser vinculado con una empresa de juegos en línea, de acuerdo con declaraciones de Martha Cristiana, exdirectora del certamen nacional.

En una conversación con el periodista Miguel Masjuan, Martha Cristiana no sólo confirmó la detención, sino que calificó a Figueroa como “una manzana podrida”. Según su testimonio, durante su gestión reportó irregularidades a Raúl Rocha Cantú, copropietario de los derechos de Miss Universo, pero nadie actuó. Su renuncia fue una advertencia que nadie quiso leer: “Había muchos conflictos y veía que las reinas no estaban siendo tratadas con respeto. Esa persona era Figueroa”.

El problema, como suele ocurrir en los concursos de belleza —que de bellos tienen cada vez menos—, es que las apariencias pesan más que la ética. Figueroa no ha dado la cara. La organización mexicana tampoco ha emitido postura. Y mientras tanto, el certamen se hunde entre acusaciones cruzadas, declaraciones incendiarias y un descrédito creciente.

Martha Cristiana también señaló que Nawat Itsaragrisil, el empresario tailandés que dirige Miss Grand International, rompió protocolos y manejó mal la crisis tras agredir verbalmente a Fátima Bosch, Miss Universo México 2025. “Fue una lucha de egos entre Nawat y Figueroa”, dijo la actriz. “Fátima fue el daño colateral”.

Hoy Miss Universo México está en el ojo del huracán. Entre denuncias de violencia, detenciones internacionales y la ausencia total de rendición de cuentas, la organización parece haber olvidado su propósito original: celebrar el talento y la fuerza de las mujeres. Lo que queda es una estructura fracturada por el poder, la impunidad y el silencio.





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