De la estación espacial a la Torre Eiffel, ¡bonjour, París-2024!
Una fiesta popular con exhibición de breakdance frente a la Torre Eiffel y hasta un astronauta tocando acordes de La Marsellesa con un saxofón desde el espacio: París lanzó un mensaje universal de esperanza y vitalidad ante la perspectiva de los próximos Juegos de verano.
En directo, la ceremonia de clausura de los Juegos de Tokio-2020 reservó una ventana para una conexión en directo con París, diferencia horaria de siete horas mediante, desde la noche japonesa al inicio de la tarde francesa, donde medallistas olímpicos de estos Juegos, como el atleta Kevin Mayer o los judocas Clarisse Agbegnebou y Teddy Riner, estaban rodeados de fans en una fiesta llena de banderas tricolores en los jardines de Trocadero, frente a la Torre Eiffel.
Estaba previsto que se desplegara una bandera gigante (90 metros de largo por 60 de ancho, para una superficie de 5.400 m2) con el logo de París-2024, pero las condiciones meteorológicas hicieron que no pudiera realizarse en el momento y la imagen de la emblemática ‘Dama de Hierro’ luciendo ante el mundo como un mástil de lujo fue virtual.
Todo ello acompañado de una exhibición aérea de la Patrulla de Francia alrededor del célebre monumento.
Más rápido, más alto, más fuerte, juntos”: el nuevo lema olímpico, en labios del presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, daba solemnidad en el vídeo, desde el último piso de esa Torre Eiffel, a la bienvenida de Francia a los que serán los terceros Juegos Olímpicos de su historia, después de los que el barón Pierre de Coubertin llevó a su país en 1990 y de los que el país albergó en 1924.
Macron había acudido el pasado 23 de julio a la ceremonia de apertura de estos Juegos. En esta ocasión la presencia institucional la simbolizó la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, que recibió la bandera olímpica de manos de la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike.
Anne Hidalgo, nacida en San Fernando (Andalucía, España) y alcaldesa de París desde 2014, pudo ondear la enseña con los cinco aros y, manteniendo la mascarilla en todo momento como el resto de autoridades, recibir el relevo simbólico.
La entrega de la bandera sirvió para levantar el telón de la parte de la ceremonia en la que París se presentó en un vídeo. Y para ello sacó músculo de sus iconos turísticos mundialmente conocidos, empezando por un viaje con el himno de la Marsellesa interpretado por músicos de la Orquesta Nacional de Francia, con ciertos fragmentos interpretándose desde lugares emblemáticos, desde el techo del Stade de Francia a la gran escalinata del museo del Louvre con la Victoria de Samotracia, pasando por el parque de skateboarding de la plaza Diderot de Saint-Denis.
Y de la periferia de París hasta el espacio. Como símbolo de la universalidad de los Juegos, el astronauta Thomas Pesquet, de la Agencia Espacial Europa, concluyó con un saxofón el himno nacional de su país desde la Estación Espacial Internacional.
– BMX de tejado en tejado –
Desafiando también la gravedad, pero más cerca del suelo, empezó entonces en el vídeo una auténtica carrera por los tejados de París.
La ‘rider’ de BMX Estelle Majal inició así una carrera frenética por los tejados de la ‘Ciudad de la Luz’. Del Hôtel de la Monnaie al museo de Orsay, al del Grand Palais, el de la Opera Garnier o el del Arco del Triunfo, para terminar en el Panteón.
Un auténtico viaje turístico express por París, a ritmo frenético, con música creada por el compositor Yoann Lemoine ‘Woodkid’, que en el pasado colaboró con estrellas del pop como Rihanna o Lana del Rey o cuya música ha servido para películas de Steven Spielberg, Xavier Dolan o Jonás Cuarón.
Hasta llegar al momento apoteósico de la conexión con París y la Torre Eiffel, que fue la invitada estrella de la ceremonia de clausura de Tokio, pese a no moverse de su lugar a orillas del río Sena, a 9.712 kilómetros del estadio Olímpico de Tokio.
Japón y Francia sellaron así el paso del testigo en esta ceremonia en la que el “Himno al amor” de Edith Piaf, interpretado en japonés y francés, sonó igualmente como una auténtica declaración de intenciones.