Di todo, di el cien por ciento
Eduardo Pineda
Eric Mangini, entrenador de la NFL, afirmaba que “Cada día debes elegir, el dolor de la disciplina o el dolor del arrepentimiento”.
Después de conversar con Belem Guerrero, medallista de plata en los juegos olímpicos de Atenas 2004 en la disciplina de ciclismo de velocidad, me resultaron más cercanas que nunca las palaras de Mangini. En Belem, podemos ver materializado el producto de la disciplina, pasión, sacrificio y esfuerzo que cualquier deporte implica, podemos entender que la perseverancia da resultados y que ninguna forma de éxito llega -como muchos creen- de la noche a la mañana o, por un golpe de suerte; el único camino es la constancia, no tenerla implica un inevitable fracaso.
En esta charla, además, la Atleta radicada en Huixquilucan, Estado de México, nos revela parte de su vida privada, su incursión en el ciclismo como afición y después como atleta de alto rendimiento y algunas de sus competiciones donde ha tenido la gracia de subir al pódium. La importancia de contar con el apoyo incondicional de su familia, las vicisitudes de necesitar de ciertas dependencias gubernamentales que ella cree, a pesar de todo, hacen un buen esfuerzo y “ahí la llevan” en su labor de promoción y sustento del deporte profesional en México, quedándome claro que Belem es muy optimista y agradecida pero también, escuchado entre sus palabras, un marcado sentir respecto a que el trabajo burocrático en el renglón del deporte podría ser mucho más significativo de lo que es actualmente.
Cuando la medallista olímpica me recibió cerca de su casa en las montañas próximas al Valle del Silencio, narró para nuestros micrófonos cómo se vive una final de ciclismo de alta velocidad en unos Juegos Olímpicos, eso, para nosotros, es un verdadero privilegio y nos permite comprender el altísimo grado de intensidad con que los atletas viven estos breves minutos para los que se han preparado durante toda una vida.
De igual forma nos sentimos gratamente sorprendidos al percatarnos de la sencillez y humildad que la atleta que hoy por hoy forma parte del olimpo de los merecedores de una presea de esta envergadura mantiene como uno de sus valores que la han caracterizado durante toda su trayectoria en el ciclismo.
Escuchando y leyendo el lenguaje corporal de Belem, recordé también las palabras de Amy Louise Camacho, quien por muchos años fue la directora general de Africam Safari:
“Lo imposible es temporal”.
Así, Belem Guerrero, la mujer que dio a México la satisfacción de una medalla de plata en los juegos olímpicos de Atenas 2004, es una fuente de inspiración para el pueblo de este país, demostrando que a pesar de todo lo que significa habitar en el tercer mundo, es posible alcanzar las metas que motivan nuestros quehaceres.
Eduardo Pineda
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