Puebla

Día de la Mujer: tres historias de poblanas trabajadoras y luchonas

7 marzo, 2023 6:58 pm
Liliana Tecpanécatl Suárez

Puebla, Pue.- Ernestina, Élfega y Elia tienen historias únicas, pero las une un factor en común: las tres laboran en la industria restaurantera en la que el 75% del personal lo constituyen mujeres. Comparten anécdotas sobre jornadas dobles, competencia feroz y trabajo arduo.

Ernestina es lavaloza y quitacochambre. Todos los días viaja 4 horas entre Tlaxcala y Puebla en donde trabaja. Así que aunque su jornada laboral es de 10 a 19 horas, ella pasa 13 horas fuera de casa para ganar el sustento del día a día. Así desde hace 15 años.

Lavo cochambre y la loza, ya he aguantado mucho, mucho, llevo 15 años de estar en el cochambre y en la loza, todos los días viajo entre Puebla y Tlaxcala, todos los días y pues es muy cansando, es tedioso, pero es lo que sé hacer”.

Élfega es dueña de la sazón que ha colocado a su restaurante como uno de los más representativos de la comida regional y su mole de caderas es de los más solicitados de Puebla. Ella es profesora y cuando se casó se involucró además en el negocio de su esposo.

Por décadas trabajó jornadas dobles, como docente y como cocinera, también ejerció su maternidad y por si fuera poco, se encargó de ciertos aspectos administrativos del restaurante que este año cumple su 50 aniversario.

Tenía yo doble batalla, iba yo a la escuela a trabajar en la primaria y a la una de la tarde me incorporaba a la cocina para poder corregir o hacer lo que faltaba, sí es complicado porque hay que dirigir la familia, el negocio y cumplir en el trabajo”.

Elia inició su negocio en 1965 a la edad de 17 años. Sin capital para invertir ni programas de ayuda para las emprendedoras, algún crédito o incluso apoyo de su familia, arrancó su restaurante de carnitas en un local prestado, con un cazo regalado y una receta que perfeccionó al paso de los años.

Su bienvenida al rastro municipal fue una nalgada de algún carnicero abusivo que escondió su identidad. Elia no sabía que esa sería la menor de las complicaciones a las que iba a enfrentarse en el camino. Hoy su negocio tiene 8 sucursales y da trabajo a un centenar de poblanos.

Cuando estaba escogiendo mis cerdos, alguien me dio una nalgada, pero no sé quien, porque todos apurados limpiando cerdos, pero de ahí dije, pues adelante, muchos tropiezos en el camino, no había cursos, no había dinero prestado, empecé más o menos viendo, yo solo iba a vender tacos de carne molida, de moronga, pero una persona me regaló un cazo y comencé con las carnitas”.

Ernestina, Élfega y Elia coinciden en que hoy las oportunidades laborales para las mujeres son mucho más amplias; no obstante, en el ámbito privado, las tareas de la crianza y el hogar, siguen siendo su responsabilidad en la mayoría de los hogares, una situación que urge cambiar.





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