El gran pendiente

Administraciones se van, gobiernos llegan y el gran pendiente continúa siendo el saneamiento del río Atoyac, un afluente de los más contaminados de México pero que hoy carece de atención y los proyectos presentados para su saneamiento simplemente se han quedado en buenas intenciones.

Pese a que los últimos gobernadores se han reunido con sus homólogos (as) del vecino estado de Tlaxcala para definir estrategias que permitan disminuir la contaminación de este afluente, pareciera que los acuerdos firmados ante los fotógrafos de la prensa han terminado en letra muerta.

Y es que los directamente responsables de que el río Atoyac siga contaminándose, son las empresas asentadas en los diferentes parques industriales, la propia sociedad y los gobiernos municipales que han hecho poco o nada para que eso no suceda.

De acuerdo al Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Puebla (SOAPAP), el agua que todos los días llega a sus plantas de tratamiento, está altamente contaminada y pese a que, con el apoyo de Agua de Puebla, la someten a minuciosos procesos para descontaminarla, estos resultan insuficientes debido a que las comunas situadas en la alta cuenca del río prefieren tener oídos sordos, se niegan a aceptar la realidad o simplemente carecen de la información.

¿Te has preguntado de qué manera se puede desengrasar el agua contaminada? A continuación te explicamos este proceso que se realiza en la planta tratadora de aguas residuales Barranca del Conde de @AguadePuebla. #LaRealidadDeLaContaminaciónDelAguaEnPuebla 💦 pic.twitter.com/xg3Okm1N2P

— Tribuna Noticias 🇲🇽 (@NoticiasTribuna) September 25, 2024

Ante este panorama, lo ideal es que los ayuntamientos electos, a partir del 15 de octubre, le entren al toro por los cuernos y realicen inversiones para construir en sus territorios, al menos una, o las plantas de tratamiento necesarias, para liberar de contaminantes el líquido que a la postre recorrerá el municipio de Puebla para finalmente desembocar en el lago de Valsequillo.

Cabe mencionar que ninguno de los 24 municipios asentados en las cuencas del Alseseca y del Atoyac cuentan con un reglamento municipal que controle las descargas contaminantes, por eso cuando el agua llega a Puebla capital se observa altamente contaminada, pero es sometida a un tratamiento físico y químico que finalmente permite utilizarla para riego de áreas verdes, así como especies de tallo alto.