Es necesario hablar del suicidio infantil

25 agosto, 2021 8:31 pm

Redacción.- Contrario a lo que normalmente piensan los adultos, los niños, niñas y adolescentes también pueden enfrentar complicados estados de ánimo y fuertes problemas psicológicos y emocionales que pueden llevarlos al suicidio.

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La tendencia a invisibilizar este fenómeno en México por una perspectiva adultocentrista —que prioriza los asuntos de los adultos sobre los de los demás grupos de edad— no solo ha convertido al suicidio infantil en un tema tabú y ha imitado las acciones para combatirlo, además, ha provocado un aumento en la incidencia de este fenomeno.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), entre 2008 y 2018, en promedio, cada mes se registraron 52 suicidios de niños, niñas y adolescentes. El año pasado, con el factor pandemia presente, esta cifra casi se duplicó; en 2020, cada mes se suicidaron 96 infantes y adolescentes.

En cifras totales también se puede ver el incremento. De acuerdo con el INEGI, en 2010 se reportaron 118 defunciones entre este grupo poblacional a causa del suicidio; para 2018 la incidencia fue de 641; y para 2020 la cifra ascenció hasta los mil 150 suicidios.

El último reporte del INEGI referente al tema también señala que las conductas y los pensamientos suicidas en adolescentes tuvieron un incremento.

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El suicidio infantil y adolescente es un fenomeno multifactorial, aseguran diversos especialistas. Entre los factores se encuentran la violencia familiar, el abuso sexual, la omisión de cuidados por parte de los padres, el uso desmedido de redes sociales y el bullying.

El  autor del libro “Gritos silenciosos: el suicidio infantil”, Jesús Acevedo Alemán, explica en el reportaje “Suicidio infantil en México: un problema del que no se habla lo suficiente” que hasta hace cuatro o cinco años este fenómeno era prácticamente invisible y que las autoridades lo consideraban como un acto derivado del juego; esto escondía por completo que infantes y adolescentes pudieran enfrentar situaciones de crisis que los llevaran a cometer dicho acto.

El incremento de las cifras de suicidio de niños, niñas y adolescentes solo se puede considerarse como una cosa: como una alerta.

Un niño que no quiere ya vivir, ¿qué nos está diciendo? Que no le gusta este mundo, que este mundo es desagradable, que tenemos que cambiar este mundo, es un llamado, un grito”, manifiesta Acevedo Alemán.





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