Familiares pasan la noche en vela en panteón de San Baltazar
David Becerra
Ambiente festivo, colorido y nostálgico, con aroma a cempasúchil e incienso, un viaje a otro plano donde se celebra a los familiares que han dejado este mundo.
Así se vivió la madrugada de este miércoles en el corazón del panteón de San Baltazar, pues familias completas de la zona pasaron la noche en vela acompañando los sepulcros donde descansan los restos de sus seres queridos.
Entre la penumbra se podían apreciar los colores amarillos y morados de las flores de temporada, alumbradas por las tenues luces de los cirios, que los miembros de la familia han colocado para dar luz a las almas que regresan del más allá en esta temporada.
La música que más disfrutaban las personas que han trascendido rompen el silencio nocturno típico de un camposanto, y de cuando en cuando, también se aprecian risas y murmullos de los deudos, recordando hazañas y memorias de los familiares que ya no están en este plano.
Así pasan las horas, algunos con todos los miembros de la familia, y algunos otros, solitarios frente a la sepultura, con tal solemnidad que pareciera que están suspendidos en el tiempo platicando con el alma de su allegado.
Poco a poco el sol comenzó a disolver la oscuridad y más gente se dió cita a este panteón para pasar un momento de reflexión y recordar a esas personas que ya han trascendido.
Un trío se dió cita en el lugar para interpretar ciertas canciones que invadieron de regocijo el rostro de los asistentes, pues son las canciones que escuchaban los que ahora ya no están.
Así fue la experiencia que se registró en el panteón de la piedad, una tradición que durante los años de pandemia se vió interrumpida y que en esta época regresó para el disfrute de decenas de poblanos que, lejos de tristeza, lo viven con felicidad y nostalgia, como solo los mexicanos lo podemos hacer.