La clasificación europea a Catar-2022 empieza prácticamente sin espectadores
Con alguna excepción, principalmente en regiones de la antigua Unión Soviética, la campaña europea de clasificación para el Mundial de Catar 2022 comenzará esta semana con las gradas vacías debido a la pandemia, a tres meses de la Eurocopa.
Kazajistán representa bien este periodo de incertidumbres. Si durante un tiempo parecía que se iba a ocupar el 30% del estadio de Nur-Sultan para recibir a Francia el domingo, por el momento no se hecho oficial y, según fuentes cercanas, finalmente podría jugarse a puerta cerrada.
Los partidos sin público se extenderán por toda Europa, incluso en las doce ciudades que tienen previsto albergar la Eurocopa (11 junio-11 julio), aplazada un año por la pandemia.
La UEFA fijó el 7 de abril como fecha límite para que cada sede confirme, y en qué condiciones y proporciones, si puede albergar público, como es el deseo de la confederación europea.
Hungría sigue jugando a puerta cerrada y recibiendo partidos de otras selecciones.
Sobre los partidos de la Eurocopa, el portavoz de la Federación Húngara, Jeno Sipos, indicó a la AFP que “indicarán a la UEFA cuántos espectadores” es “realista” recibir en Budapest en el plazo fijado a las 12 anfitrionas.
– Un 25% en Bucarest para la Euro –
Puerta cerrada también en Azerbaiyán, por lo que Bakú no tendrá un ensayo general para la Eurocopa, mala señal de cara a mantenerse como sede.
Bucarest en cambio tiene previsto una capacidad del 25% de espectadores para sus cuatro partidos de la Eurocopa. Y los espectadores están disgustados porque Rumanía recibirá a Macedonia y Alemania a puerta cerrada en la clasificación para el Mundial en los próximos días.
El Parken de Copenhague tiene previsto recibir cuatro partidos de la Eurocopa. En este sentido, la Federación Danesa (DBU) lanzó el miércoles una campaña para “relanzar el fútbol”, haciendo un llamamiento para el regreso de los aficionados a las gradas en competiciones nacionales. A la espera, el Dinamarca-Moldavia se jugará a puerta cerrada el domingo.
Un poco más al norte, las condiciones de entrada en Noruega son muy estrictas, con una cuarentena obligatoria, lo que ha provocado la anulación de múltiples eventos deportivos.
El partido contra Turquía previsto el 27 de marzo en Oslo finalmente se jugará en Málaga (España), sin público.
Noruega, liderada por el fenómeno Erling Haaland, ya estará en la provincia española porque tres días antes jugará con Gibraltar en Marbella.
En Inglaterra y en Gales, el plan del gobierno para el levantamiento progresivo de las medidas anti-covid prevé un regreso de los espectadores a los estadios, a mediados de mayo, con una capacidad máxima de 10.000 personas o una cuarta parte del recinto.
– Excepciones rusas –
Tampoco habrá público en los dos partidos de España en casa a finales de marzo. Bilbao es la sede de este país para la Eurocopa.
La nación donde la decisión de recibir público ha provocado un debate es Ucrania: Sus partidos tenían que jugarse en Lviv pero fueron desplazados a Kiev debido a “la agravación de la situación epidémica” en esta ciudad.
No fue del gusto del alcalde Kiev, el antiguo boxeador Vitali Klitschko, que ha establecido una ordenanza municipal prohibiendo el público en los estadios de la capital, a pesar de que a nivel nacional, el 30% de las plazas se pueden vender.
Entre las excepciones, el partido Rusia-Eslovenia (27 de marzo) se jugará ante un máximo de 12.000 personas en Sochi, el 30% del estadio.
La capacidad establecida en los estadios rusos depende de las autoridades regionales: El primer club en regresar al 100% fue el Oufa, para su partido contra el Lokomotiv, el 18 de marzo. Solo 5.200 personas vieron la victoria 1-0 del segundo.
En Armenia, Bielorrusia y Georgia, el 30% de las entradas se pusieron a la venta.
En Asia Central, hasta 10.000 espectadores podrán asistir al Tayikistán-Mongolia el 25 de marzo, el 50% de la capacidad del estadio. El país afirma que ha erradicado el virus y no registra un caso desde enero.
Y en Uzbekistán los partidos del campeonato se juegan como si nada hubiera pasado, en estadios llenos. La única excepción total de un fútbol que sigue confinado.
