Laura Itzel Castillo será la nueva presidenta del Senado en lugar de Noroña
La designación de Laura Itzel Castillo como próxima presidenta de la Mesa Directiva del Senado no es un movimiento menor. Sustituirá a Gerardo Fernández Noroña a partir del 1 de septiembre y lo hará en un contexto enrarecido: confrontaciones recientes en la Comisión Permanente, roces entre bancadas y la necesidad de Morena de mantener el control político de la Cámara Alta.
Agradezco la confianza y el apoyo de mis compañeras y compañeros de bancada, por haberme elegido para presidir la mesa directiva de este Honorable Senado de la República.
Seguiremos avanzando en la construcción del segundo piso de la Cuarta Transformación y el Estado… pic.twitter.com/TZC27ndRQj
— Laura Itzel Castillo Juárez (@LauraI_Castillo) August 28, 2025
Castillo llega con un respaldo unánime de su bancada. No hubo fisuras en el grupo parlamentario. Incluso senadoras que buscaban la presidencia, como Verónica Camino Farjat y Guadalupe Chavira, terminaron bajándose de la contienda. Morena privilegió la unidad y, de paso, envió un mensaje claro: se busca estabilidad interna para enfrentar los jaloneos legislativos que vienen.
La trayectoria de Castillo es larga y consistente en la izquierda mexicana. Arquitecta de formación, hija del legendario Heberto Castillo, se ha mantenido fiel a las causas sociales desde su militancia en el PRD hasta su incorporación a Morena. Su cercanía con Andrés Manuel López Obrador no es casual: fue parte de su gabinete en la Jefatura de Gobierno y más tarde coordinó su campaña presidencial en 2006. Además, tiene experiencia en el ámbito energético, académico y de gestión urbana.
Su discurso de aceptación fue institucional pero con sello ideológico: “Seguiré avanzando en el segundo piso de la Cuarta Transformación y no claudicaré a mis principios”. Es decir, no habrá una presidencia neutral, sino alineada al proyecto político de Morena.
El espaldarazo de Claudia Sheinbaum, quien la definió como “una gran luchadora social”, refuerza la lectura de que este nombramiento trasciende lo meramente legislativo. Es un movimiento estratégico para garantizar que la conducción del Senado esté en sintonía con la agenda presidencial.
La pregunta, sin embargo, es si su gestión logrará conciliar en un Senado donde la oposición ha mostrado los dientes. Castillo promete institucionalidad, pero también militancia. Ese doble papel marcará su presidencia. Morena apuesta por una dirigente que combine disciplina interna con autoridad política. Veremos si, en medio de la polarización, la nueva presidenta logra mantener el orden y, al mismo tiempo, avanzar con las reformas que Sheinbaum considera prioritarias.
