Literalmente
Eduardo Pineda
–¿Cuál es el invento más importante en la historia de la humanidad? ¿La rueda, la polea, la palanca? –preguntó a su papá.
–La imprenta –respondió el padre sin pensarlo.
–¿La imprenta? –replicó interrogativo el adolescente.
–Sí, ninguno es más valioso ni más influyente que la imprenta –continuó– porque a través de la impresión de textos e imágenes se comunica el conocimiento, todos los medios de comunicación y todas las formas de comercio se deben a la imprenta, también las religiones, la política, la industria, la ciencia y la técnica, la educación, el arte culinario, la universidad y hasta el entretenimiento parte de un texto escrito.
—Pero antes, antes de Gutenberg y su imprenta ya había política, ya había educación en los monasterios, religión y recetas de cocina —dijo en contra réplica el hijo.
—En efecto, los textos se copiaban a mano, era un proceso muy tardado, largo y exclusivo de las élites académicas —explicó el papá—, ni siquiera todas las órdenes monásticas tenían la venia del vaticano para transcribir, era tarea de algunas que poseían la gracia de ese apostolado.
Eran tan pocos los textos que se lograban terminar al cabo de un año, que los eruditos de las abadías los atesoraban en las torres de aquellas fortalezas medievales por toda la Europa –continuaba. Al pueblo no consagrado a Dios no llegaba el conocimiento más que a través de las homilías sacerdotales, entonces, la gente se educaba como a la iglesia le convenía.
—Y ¿qué pasó después? ¿Cómo empezó a salir el conocimiento atesorado y enclaustrado en los conventos? –preguntó el niño ya con la escucha del aprendiz.
–Un inventor alemán diseñó una prensa donde se ponían los papiros sobre una placa de metal con tipos (letras pequeñas también de metal) formando sintagmas y párrafos, colocó algunas imágenes grabadas en metal y les aplicó tinta para luego prensar el papel contra ellos y ¡voila! La primera hoja de papel con texto e imagen impresa estaba realizada. A partir de ese momento los biblos (libros) se reproducían como pan y el conocimiento que se guarecía en su interior llegó al pueblo, lo que condujo a los gobernantes a administrar el conocimiento a través de liceos, universidades e institutos; poco a poco la impresión de libros tomó un carácter profesionalizante, ya no se trataba solo de imprimir y encuadernar (otro gran oficio del renacimiento), ahora había que diseñar el interior de los libros, darles forma (formato), pensar en la forma y tamaño de las letras, su acomodo, la composición de las páginas usando texto, imágenes, ornamentos, plecas, márgenes, sangrías, guiones, folios, marquesinas, columnas, evitar callejones, líneas viudas y huérfanas, cortes silábicos fuera de las reglas ortográficas, portadas, colofones, forros, etc. El diseño editorial era ya una realidad en la producción del objeto más hermoso y útil que la humanidad ha desarrollado: el libro.
El papá había explicado cómo la imprenta era el invento más influyente en la historia de la humanidad, por quéhabía sido precursor de una nueva era (el renacimiento), cómo logró explotar una época de exploraciones y conquistas, revolucionando el naturalismo protocientífico, la filosofía y la religión. Y también como nuevas técnicas acompañarían al ser humano a partir de ese momento y para siempre.
Jesús Barrientos es tipógrafo, justo una de las profesiones que surgieron con la imprenta, él diseña los tipos de letra que vemos en las marcas publicitarias, que usamos en los programas de edición y está preocupado por el diseño editorial, el cual transmuta de su carácter técnico a su estado sublime de arte.
En esta conversación, nos platica su experiencia como diseñador tipográfico y nos deja en claro la importancia y uso de la gran variedad de tipos de letras, literalmente una profesión de la que se escribe poco, pero que escribe todo.
Eduardo Pineda
Imágenes de
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/gutenberg-inventor-que-cambio-mundo_11140