Merced a la pandemia, emigrantes del sur de Italia regresan a casa
Catania, Italia.- En teletrabajo desde casa, Corrado Paterno Castello bebe una cerveza de barril durante una tarde primaveral en Catania, Sicilia. Sus amigos y colegas se quedaron en Milán, a unos mil km al norte.
“Hoy, durante las pausas de mis reuniones, me fui a nadar a la playa”, comenta sonriente este empresario de 29 años. “La calidad de vida aquí es distinta a la del norte, y eso no tiene precio”, señaló a la AFP.
Trabajadores de todo el mundo han aprovechado la parte positiva del teletrabajo, obligados durante la pandemia de coronavirus a exiliarse en países con climas más benignos, siendo los únicos requisitos un enchufe a la red eléctrica para la computadora y una conexión a internet correcta.
Pero, en Italia, donde tras varias generaciones los habitantes de las provincias pobres del sur se han trasladado a buscar trabajo al norte, es una ocasión para volver a casa, tal vez para siempre.
Disparidades regionales
Italia sufre desde siempre importantes disparidades regionales en términos de dinamismo económico e infraestructuras.
Las zonas rurales, a menudo ubicadas en el sur, han sido durante mucho tiempo focos de emigración en beneficio de los centros urbanos del norte, más ricos, como Milán, capital financiera italiana, de la industria y la moda.
“De mi clase de secundaria, casi todo el mundo se fue (…) Al menos 15 personas sobre 20; algunas regresaron, tres a Sicilia y encontraron trabajo”, se alegra Elena Militello, de 28 años, estudiante de doctorado en Palermo.
Decidió volver a Sicilia en 2020 tras pasar varios años en Milán, Estados Unidos, Alemania y Luxemburgo. Y actualmente hace campaña para que otros sigan su ejemplo.
Cofundó la South Working Association, que ofrece apoyo a todos aquellos que ansían volver a casa. Cuenta con 10 mil seguidores en Facebook.
“Somos jóvenes ejecutivos, gerentes, empresarios y académicos, la mayoría nacidos en el sur. Todos tenemos en común habernos visto obligados a dejar nuestros lugares de origen y seres queridos por una ambición profesional”, destaca la asociación en su web (www.southworking .org).
“Hoy nos une a todos el deseo de poder regresar a casa”, afirma.
De acuerdo al instituto de investigación Svimez, hasta unos 100 mil trabajadores se trasladaron al sur durante la pandemia, oportunidad histórica para evitar la fuga de cerebros que siempre ha afectado duramente a la Italia meridional.
“Un enorme potencial”
El sur cuenta con muchos atractivos: gastronomía reconocida, alquileres asequibles, menos autos y menos contaminación. ¡Y su clima! En Catania, la temperatura media nunca está por debajo de los 10ºC, inclusive en pleno invierno.
Mariano Corso, profesor en la School of Management de la universidad Politécnica de Milán, considera que esta tendencia puede beneficiar a toda Italia.
La “competencia entre los territorios” podría favorecer a los servicios públicos en todas partes, y “para las ciudades del sur es una oportunidad increíble (…) para entrar en el juego”, en su opinión.
La asociación de Elena Militello se esfuerza en convencer a jóvenes y mayores de quedarse en el sur tras la pandemia. Para seducirlos, hace campaña ante los funcionarios públicos para mejorar los transportes y las conexiones a internet.
También colabora con inversores privados para el desarrollo de espacios de trabajo compartidos.
Uno de éstos abrirá el mes próximo en el Palazzo Biscari, un lujoso edificio del siglo XVIII, ubicado en el centro de Catania, que sirvió para la escenografía de un video musical del grupo de rock británico Coldplay.
Elogia sobre todo “el enorme potencial de contar con jóvenes y mayores que han trabajado en otras partes de Italia, en el resto de Europa y en cualquier otro lugar del mundo, y que vuelven a causa de la pandemia”.
Nueva energía
Luego de estudiar y trabajar en Milán, París y Túnez, Paterno Castello volvió el año pasado a Catania. Con un compañero de secundaria creó una una start-up ecológica denominada Boniviri.
Afirma haber encontrado nueva energía en su ciudad, en parte gracias a otros expatriados que, como él, han retornado, aunque aclara que el panorama cultural de una ciudad de apenas 300 mil habitantes no es tan rico como el milanés.
“Hace unos años no era así, había que ir al norte para hacer avanzar un proyecto (…) Ahora aquí también tenemos innovación y cultura. Jóvenes como nosotros, que queremos aportar algo novedoso”, agrega.
© Agence France-Presse