
México-1970, la obra maestra de Pelé
AFP
Su tercer título mundial, conseguido en México-1970 con la mejor selección de todos los tiempos, quedará en el recuerdo como la obra maestra de Pelé, deslumbrante durante el torneo y movido por un espíritu de revancha tras lo sucedido en Inglaterra-1966.

En cambio, de Pelé conocíamos menos su carácter tenaz, su voluntad de hierro y su rechazo al fracaso. Y el más grande que sufrió fue en 1966, donde su deseo de conseguir un tricampeonato mundial histórico se desvaneció por los golpes alevosos que le dieron el búlgaro Zhechev y el portugués Morais, que lo dejaron maltrecho y le costó a Brasil la eliminación en primera ronda.
Pero Pelé se juró tomarse revancha y disputa un Mundial más. Durante dos años, tras Inglaterra-1966, no jugó ni un partido con la selección auriverde.
Pero a partir de 1968, una joven generación de talentosos jugadores fue madurando a su alrededor. Y comprendió que junto a Jairzinho, Tostao, Rivellino y Carlos Alberto tenía una oportunidad única: convertirse en el primer jugador en ganar tres Mundiales. Y hasta el presente el único en la historia.
Su convicción se convirtió en certidumbre cuando su gran hermano Mário Zagallo, con el que fue campeón del mundo en 1958 y 1962 en la cancha, aceptó convertirse en el director técnico de la Seleção.