
México se adapta a la nueva realidad del comercio
Las modernas pantallas de componentes chinos de los automóviles armados en México, y que facilitan navegar en Google Maps o disfrutar la música en Spotify, enfrentan una nueva realidad ante la guerra arancelaria del presidente estadounidense Donald Trump.

La industria de ensamblaje instalada en México aguarda el voto de una reforma de la presidenta Claudia Sheinbaum que propone aranceles a diversos productos y componentes de China, Corea del Sur e India, entre otros, con los que su país no tiene tratados comerciales.
Aumovio, una empresa del sector automotriz con sede en Alemania, ensambla estas pantallas o “displays” en la mexicana de Guadalajara (oeste) para firmas como Ford, General Motors y Stellantis.
Es parte de la multimillonaria industria automotriz que ha convertido a América del Norte en una eficiente plataforma manufacturera, gracias al acuerdo de libre comercio T-MEC entre México, Estados Unidos y Canadá, que será revisado en 2026.
Utilizadas por millones de conductores en el mundo, pocos saben que cada pantalla lleva alrededor de 800 componentes que vienen de distintos países, principalmente China, y que llegan a México gracias a complejas cadenas de proveeduría del sector.
La iniciativa del gobierno mexicano -que discutirá el Congreso a finales de noviembre- afecta además las importaciones de automóviles y sectores como el textil y el calzado, con tasas que oscilan entre 10% y 50%.
Sheinbaum argumenta que su intención es disminuir el déficit comercial con China y fortalecer la industria nacional, aunque esto ocurre justo cuando negocia con Trump para evitar la imposición de aranceles y de cara a la revisión del T-MEC.






