Nick Cave rechaza a Morrissey con clase y un toque de chocolate suizo

Nick Cave acaba de hacer lo que muchos han soñado y pocos se atreven: decirle educadamente que no a Morrissey. Sí, al mismo tipo que alguna vez fue el alma sensible y afilada de The Smiths y que ahora se dedica a escribir discursos contra “lo woke” mientras escucha bouzouki griego. ¿Y por qué lo rechazó? Porque Cave, además de tener buen gusto musical, también tiene el raro talento de esquivar lo ridículo con elegancia.

La historia salió en The Red Hand Files, ese rincón del internet donde Cave responde preguntas de fans como si fuera un oráculo de negro vestido. Un lector curioso preguntó por su relación con Morrissey, y Nick, con la precisión de un cirujano y la paciencia de un santo, soltó la verdad:

“Nunca lo he conocido. Probablemente por eso me sigue cayendo bien”. Touché.

Según Cave, Morrissey lo contactó para colaborar en una canción. Todo bien hasta ahí, excepto por dos detalles: la pieza empezaba con una larguísima introducción de bouzouki griego (porque claro, nada dice “rock alternativo” como una telenovela en Mykonos) y… lo que realmente quería era que Nick recitara un discurso anti-woke. No cantar, no componer, declamar. Como si fuera una TED Talk escrita por tu tío que no ha leído un libro desde 1994.

Nick, educado como siempre (y seguramente masticando un chocolate suizo mientras escribía la respuesta), dijo que no. ¿La razón? Él prefiere mantener la política fuera de su música. No porque no tenga opiniones, sino porque entiende que el arte sirve para abrir ventanas, no para empujar sermones por la chimenea.

Eso sí, no todo fue rechazo. Cave dejó claro que sigue admirando a Morrissey como letrista: “el más extraño, gracioso, sofisticado y sutil de su tiempo”. Aunque uno sospecha que el orden de esos adjetivos no es casual.

Mientras tanto, Morrissey se prepara para su gira por Latinoamérica, con fechas en Buenos Aires, Ciudad de México y más. Y quizás, con suerte, alguien le recuerde que el bouzouki se toca con moderación… como los discursos.

En resumen: Cave dijo no. Morrissey sigue siendo Morrissey. Y todos salimos ganando un poco, excepto tal vez los fans del bouzouki.