Oran en Puebla por labor de periodistas
Pilar Bravo
Puebla, Pue.- En la misa de Catedral, el Obispo Tomás López Durán, además de recordar a la madres difuntas con motivo de la 58 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, pidió por los periodistas para que Dios los proteja todo peligro y haga fecundo su trabajo.
Y dio a conocer un documento emitido desde el Vaticano, donde el papa Francisco reitera que a pesar de los avances tecnológicos, la inteligencia artificial no habrá de superar la mente ni el corazón de los humanos.
Señala el documento que la evolución de los sistemas de la llamada “inteligencia artificial” está modificando radicalmente la información, la comunicación y, a través de ellas, algunos de los fundamentos de la convivencia civil.
Indicó que es un cambio que afecta a todos, no solo a los profesionales. La difusión acelerada de sorprendentes inventos, cuyo funcionamiento y potencial son indescifrables para la mayoría de nosotros, suscita un asombro que oscila entre el entusiasmo y la desorientación y nos coloca inevitablemente frente a preguntas fundamentales: ¿qué es pues el hombre? ¿cuál es su especificidad y cuál será el futuro de esta especie nuestra llamada homo sapiens, en la era de las inteligencias artificiales? ¿Cómo podemos seguir siendo plenamente humanos y orientar hacia el bien el cambio cultural en curso?
Dice el mensaje del Vaticano: “Ante todo, conviene despejar el terreno de lecturas catastrofistas y de sus efectos paralizantes. Hace un siglo, Romano Guardini, reflexionando sobre la tecnología y el hombre, instaba a no ponerse rígidos ante lo “nuevo” intentando ‘conservar un mundo de infinita belleza que está a punto de desaparecer’.
Sin embargo, al mismo tiempo de manera encarecida advertía proféticamente: “Nuestro puesto está en el porvenir. Todos han de buscar posiciones allí donde corresponde a cada uno podremos realizar; este objetivo si cooperamos noblemente en esta empresa; y a la vez, permaneciendo, en el fondo de nuestro corazón incorruptible, sensibles al dolor que produce la destrucción y el proceder inhumano que se contiene en este mundo nuevo”.
Y concluía: “Es cierto que se trata, de problemas técnicos, científicos y políticos; pero es preciso resolverlos planteándolos desde el punto de vista humano. Es preciso que brote una nueva humanidad de profunda espiritualidad, de una libertad y una vida interior nuevas”.
La sabiduría del corazón es, pues, esa virtud que nos permite entrelazar el todo y las partes, las decisiones y sus consecuencias, las capacidades y las fragilidades, el pasado y el futuro, el yo y el nosotros.
Oportunidad y peligro
Asimismo, el documento señala que no podemos esperar esta sabiduría de las máquinas. Aunque el término inteligencia artificial ha suplantado al más correcto utilizado en la literatura científica, machine learning, el uso mismo de la palabra “inteligencia” es engañoso. Sin duda, las máquinas poseen una capacidad.
Señala, también, que inconmensurablemente mayor que los humanos para almacenar datos y correlacionarlos entre sí, corresponde al hombre, y sólo a él, descifrar su significado. No se trata, pues, de exigir que las máquinas parezcan humanas; sino más bien de despertar al hombre de la hipnosis en la que ha caído debido a su delirio de omnipotencia, creyéndose un sujeto totalmente autónomo y autorreferencial, separado de todo vínculo social y ajeno a su creaturalidad.