Opinión

¿Para qué se gobierna? ¿Para quién se gobierna?

15 noviembre, 2024 8:01 pm
Eduardo Pineda

Aristóteles definió a nuestra especie como el “Zoon Político” él entendía que todos los actos humanos, hasta el amor, son actos políticos, es decir, que la conducta humana se puede definir desde y hacia la política. Sin embargo y aunque la descripción aristotélica es tal vez la más adecuada y certera pese a ser una de las más antiguas respecto al ser humano, en la representación social del término se entiende por político a un individuo que ocupa algún cargo en la administración pública, no nos representamos como sociedad como políticos todos y dejamos ese mote a los diputados, senadores, alcaldes, gobernadores y presidentes.

La importancia de lo anterior es mucho va mucho más allá del uso de una palabra, es la forma de concebirnos como pueblo, al no considerarnos políticos todos y dejar ese rol a unos cuantos, nos convertimos en una sociedad poco o nada participativa, le cedemos la toma de decisiones a ese grupo de personas que identificamos como políticos e incluso les otorgamos la capacidad de usar al resto de la sociedad a su antojo. Para ellos, somo simplemente votos y posibilidad (vía o canal) de conseguir más votos. Somos los gobernados sobre los que se ejerce el poder y ellos son los gobernantes que montados en el poder hacen y deshacen a diestra y siniestra.

A saber, por ejemplo, en la alcaldía de un municipio, el presidente municipal es el ejecutor de las decisiones que los regidores y cabildo (parlamento) toman, de acuerdo a sus funciones legales un alcalde no debería tomar decisiones. Pero en la práctica por desgracia no es así; ya que el alcalde dispone desde su campaña quienes será sus regidores y cabildos, ellos están a su servicio desde el primer momento al ganar (o robar) el puesto de poder. De manera que el ejecutivo ejerce el poder en absoluta libertad (impunidad) y sin la escucha necesaria que debería de tener de los problemas del pueblo.

Y es que, en realidad, la función de los gobernantes en países bananeros como el nuestro no es la administración de los bienes de la comuna, es, en cambio, el enriquecimiento personal, el tráfico de influencias y el servicio a los grupos de poder que le “apoyaron” en la campaña, dígase empresas o crimen organizado.

En este escenario, los pueblos quedan excluidos de toda forma de participación y sus opciones para integrarse en la reflexión y solución de sus problemáticas se reducen a la eventual protesta o el voto de castigo, ambas reacciones muchas veces también manejadas por los grupos de poder en la persecución insaciable de sus objetivos personales o pago de favores.

A este respecto y alrededor de otros fenómenos que constituyen u orbitan la forma de hacer política en sociedades como esta, conversé en esta entrevista especial con el exalcalde de Puebla Gabriel Hinojosa.

Gabriel nos ilustra desde sus experiencias en el ejercicio del poder sobre el significado que tiene y que debería de tener la política y la sociedad, nos da pistas sobre la conducta de los pueblos y nos ofrece una posibilidad teórica desde la cual reflexionar al respecto.

Eduardo Pineda

eptribuna@gmail.com





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