Sahumerios, guía olfativa para los fieles difuntos

Su elaboración se lleva a cabo de enero a junio, pues en agosto y septiembre se realiza el esmaltado para comercializarlos por mayoreo antes de Día de Muertos; son los sahumerios o sahumadores, recipientes que no pueden faltar en las tradicionales ofrendas.

De acuerdo con las creencias, en ellos se coloca incienso o copal porque sirve como guía olfativa para los fieles difuntos que visitan a sus familiares, así como para limpiar el lugar y las almas entren sin ningún peligro.

Pese a los obstáculos, una pandemia y una remodelación que no permitió la producción de años anteriores, las y los integrantes del Centro Alfarero del Barrio de La Luz lograron una productividad del 50 por ciento.

En entrevista, Genaro López García, secretario del Centro Alfarero del Barrio de La Luz, explicó que esta temporada no obtuvieron las ganancias ni la recuperación económica que esperaban, una vez que las cuatro personas que se dedican a quemar de forma independiente sólo lograron una producción de 100 gruesas cada uno.

Aunque dijo que es un buen número, dio a conocer que acostumbran quemar más de 40 gruesas de cada uno de los tres tamaños, es decir, mas de 5 mil 760 piezas cada uno, ya que cada gruesa contiene 144 piezas.

“El sahumador y los candeleros se hacen durante todo el año. Se les da un cocimiento, se va almacenando y ya que llega agosto y septiembre es cuando se esmalta y vende de mayoreo. No fue una temporada tan normal por la pandemia y parte de que el taller fue remodelado. En esta temporada no tuvimos mucha ganancia ni recuperación económica de que no producimos lo acostumbrado”.

Indicó que el precio de los productos aumentó porque incrementó el costo de la materia prima, entre ellos, el esmalte y la leña triplicaron su costo, de ahí que por mayoreo se comercializa entre 280 y 300 pesos.

“Aumentó el precio, pero no por la falta de producción, sino porque la materia prima como los esmaltes y la leña para sumar nos lo aumentaron al triple. Está escaso no por el precio, sino porque no pudimos producir lo acostumbrado. Lo vendemos de mayoreo, hace un año lo dimos a 230 y hoy a 280 y hasta 300”.

López García dijo que actualmente labora una sociedad de 15 cabezas de familias, al destacar que recientemente el ayuntamiento de Puebla compró la Casa de Alfareros para preservar las fuentes de empleo y rescatar el oficio: “en este taller se trabaja la alfarería de barro vidriado que es una tradición muy especial y arraigada en la capital poblana”.

Por último, estimó que en 2023 se podrán recuperar completamente, ya que actualmente están al 30 por ciento de una deuda que adquirieron para remodelar su taller: “quedamos súper endeudados. Hace un año pagamos una parte, este bajamos al 30 por ciento y esperamos que el siguiente, sin remodelación y cosas que nos estropearon, salgamos de la deuda”.