
¿Y después de don Víctor?
Irma Sánchez
Don Víctor Sánchez Espinosa cumplió apenas el pasado 21 de mayo 75 años y, de acuerdo con los cánones de la Iglesia católica, presentó su renuncia como arzobispo de Puebla.
Se impone la pregunta: ¿quién lo sustituirá?, ¿Quién puede ser el indicado?, ¿Qué o quién podrá influir en esta gran decisión?
Analicemos el caso.
Don Víctor Sánchez Espinosa, quien figura como el octavo arzobispo de Puebla, goza de cabal salud, pese a ciertas complicaciones ortopédicas. Su condición física y lucidez pasan todas las pruebas. Su ánimo no se apaga. Cumple con su ministerio y con los encargos que le confía el Episcopado Mexicano.
Pero los cánones establecen el retiro a los 75 años, y don Víctor se alinea.
Al dar a conocer su carta de renuncia —obligado—, se desataron especulaciones y un futurismo fincado entre lo deseable y lo posible.
De inmediato, los católicos de Puebla recordaron al obispo Eugenio Lira Rugarcía, personaje empático, dueño de un gran carisma y capacidad de conexión con todos.
Lira Rugarcía, tras una larga trayectoria, fue asignado por el Papa Francisco a la diócesis de Matamoros, donde cumple eficazmente con su misión. Y mientras él cumple allá, por acá sus amigos lo ven con entusiasmo y con la experiencia necesaria para convertirse en el noveno arzobispo de Puebla.
Cabe destacar que nunca antes los distintos grupos de católicos habían coincidido tan fácilmente en una situación de esta dimensión.
Hoy, hay que estar atentos a la información que va surgiendo sobre Monseñor Lira Rugarcía, quien estos días se encuentra en la Santa Sede y que este domingo 29 de junio participó, junto al Papa León XIV, en la fiesta de San Pedro y San Pablo.
Surge la pregunta: ¿qué habrá conversado en privado Monseñor Lira Rugarcía con el Papa?
Currículum, tiene.
Experiencia, la suficiente.
El acercamiento con los grupos de católicos lo ha mantenido a través de comisiones como la organización de las visitas de los papas Juan Pablo II y Francisco. Ha sido vocero del Consejo Episcopal Mexicano y promotor de la devoción al Señor de la Misericordia, además de catedrático y defensor de la profesionalización en los medios de comunicación. Tiene obra publicada.
El proceso sucesorio no se da de inmediato.
Y la gran decisión la da a conocer, personalmente, el Papa.
Y no hay que olvidarse del obispo Felipe Pozos Lorenzini, quien fuera obispo auxiliar de Puebla y fue enviado por el Papa Francisco a la diócesis de Ciudad Obregón, Sonora. Acaba de cumplir 32 años de ordenado.