Y nosotros por qué
¿Por qué nosotros tenemos que pagar los platos rotos de la obcecada decisión del señor Putin de invadir Ucrania?
Y no nada más nosotros en territorio azteca, el resto del mundo que día con día además de ver tanta imprudencia, injusticia arbitrariedad, al llegar al mostrador de las tiendas confirma que todo se disparó por la guerra de Rusia a Ucrania.
Y es que el papel del país del señor Putin como proveedor mundial de semillas y fertilizantes entre otras cosas, es decisivo y hoy es boicoteado por la totalidad de las naciones en una medida de máxima desesperación para que Rusia deponga su actitud, acabe con la guerra, con tanto destrozo, con tantas vidas y con tanto caos que comenzó a generar.
La decisión de invadir en el momento en el que comienza a ser controlada la pandemia del coronavirus, mundialmente se le considera inoportuna.
Pero para Vladimir Putin era el justo momento para poner orden a su concepción geopolítica.
Las consecuencias hoy las sortea el resto del mundo, por repercusiones directas e indirectas que comenzamos a sortear.
En cualquier país de Europa como de américa no se admite que por las decisiones de Rusia enfrentemos un escandaloso encarecimiento en combustibles y granos que saltan del presupuesto de las familias.
Se trata de un movimiento, una repercusión que hoy los gobiernos –como el de México- encuentran perfecto para endosarle la responsabilidad de una inflación sin control.
Tras la pandemia la economía mundial enfrentaba serios riesgos, producto de casi 2 años de desactivación.
Hoy con la invasión de Rusia, los gobiernos encuentran un nuevo responsable de un fenómeno que día con día arroja más pobres, provoca hambre y cancela expectativas para 2 generaciones, una que casi concluye su etapa productiva, y la otra que surge al mercado laboral sin posibilidades y sin expectativas-
Por lo que la pregunta es insistente ¿por qué nosotros?
