2025: Esquivar las turbulencias jurídicas
Silvino Vergara Nava
Todos despotricamos contra el calentamiento global
y la pandemia, pero muy poca gente quiere
abolirlo de verdad. Más exactamente, es necesario
desear que desaparezcan, pero tu deseo no tiene
ninguna eficacia a menos que comprendas lo que implica.
… Significa abolir una parte de uno mismo.
Slavoj Zizek
Verdaderamente que estamos viviendo en el mundo occidental una serie de trastornos que en el campo jurídico se le pueden llamar como “turbulencias jurídicas”.
Si se analizan los últimos textos que se han publicado por los principales autores de derecho, todos coinciden con una serie de contradicciones que no son otra cosa más que, una ausencia de brújula para saber concienzudamente para donde nos dirigimos jurídicamente, desde luego que los optimistas, asumen que es simplemente una característica del derecho actual, lo que en realidad es un problema de coherencia jurídica, porque nos estamos contradiciendo permanentemente en las leyes, en las sentencias, una ley es antitesis de otra ley, una sentencia se resuelve a favor del interés particular y la otra, en las mismas condiciones a favor del interés público y así, un sinnúmero de casos que muestran esa turbulencia jurídica en la que estamos naufragando.
En primer término, esa indeterminación de la dirección correcta tiene que ver con la gran masa de la humanidad que simplemente no estamos de acuerdo con lo que sucede, pero tampoco hacemos nada, como bien sostenía el italiano Gramsci, somos indiferentes y a decir del autor era lo que él, más odiaba.
Esas turbulencias jurídicas de las que vivimos actualmente no vienen de un recuento de fin de año, ni son de los últimos meses o el resultado de las últimas elecciones, es un fenómeno mundial. Además, proviene de hace, por lo menos, por ponerle dos fechas emblemáticas, desde la caída del muro de Berlín en noviembre de 1989, que se trató del fin de un régimen muy romántico para la humanidad, pero que operativamente nunca funcionó, que solamente dejó un sistema en el mundo occidental, sustentado en el consumo humano que está acabando con el planeta.
Y, la otra fecha que pudiera decirse que provocó esa serie de turbulencias jurídicas, fue el 11 de septiembre de 2011, y después, los demás atentados que se presentaron en segundo término en Londres, posteriormente en Madrid en 2004. A partir de todos esos sucesos, simplemente podemos constatar que se modificó el derecho, los sistemas jurídicos, pero todo ello fue, simplemente, para generar turbulencias en el mundo jurídico.
Basta con observar lo que ha sucedido en los sistemas jurídicos a partir de esas fechas, pues se le ha dado un impulso, sin precedente alguno a los derechos humanos, no se habla de otra cosa más que de los derechos humanos o derechos fundamentales, pero lo que sucede en la realidad es una distorsión total al respecto, por ello es que, solamente se han provocado turbulencias jurídicas.
En el ámbito de la aviación, se ha asumido que turbulencia, se trata de movimientos bruscos que pueden generar una lesión a los pasajeros y a la tripulación, cambios repentinos que provocan lesiones, por lo cual, si esto lo relacionamos con el derecho, podemos observar que esas turbulencias jurídicas, son esos cambios bruscos en los sistemas jurídicos, pero que resultan paradójicos, porque a partir de esas dos fechas emblemáticas, ya mencionadas, resulta que, como se ha indicado, se han ampliado los derechos fundamentales, se ha maximizado su protección, se han ensanchado, pero, esos mismos derechos humanos, se han convertido en una serie de principios contradictorios, que no han permitido resolver los problemas de la humanidad, al contrario, los están ampliando, los hacen cada día más complejos y, difíciles de resolver.
Gracias a los derechos humanos, contamos con leyes y sentencias que se han convertido en un poema, que hacen mención de tanta protección a los derechos de las victimas o de los quejosos, que resulta que no se pueden ejecutar, es decir, imposibles de cumplir por las autoridades competentes, lo que han provocado simplemente es que, se pierda legitimidad en las instituciones de los estados.
Para muestra, hay muchos ejemplos, simplemente basta mencionar las sentencias de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, que, muy pocos estados las cumplen o bien, resulta prácticamente imposible de cumplirlas.
Esto mismo sucede con los derechos puestos en una Constitución, derecho a todo lo que se desee, y entonces, lo que se provoca en la ciudadanía, son simples ilusiones jurídicas, que, desde luego, no se van a cumplir. Pero, lo más preocupante, es que tanto legisladores como jueces en los tribunales pierden, ante tanto derecho, la dimensión e importancia de los derechos, y sobre todo a quien se encuentran dirigidos o a quienes protegen esos derechos “humanos”, pues se han prohibido por ejemplo las peleas de gallos, pero se permite cada día más ampliar las semanas de gestación para decidir abortar sin consecuencia penal alguna, o bien, se establecen una gran cantidad pensiones a diestra y siniestra, pero, por otro lado, se ensanchan los delitos de prisión preventiva oficiosa, o se niega la condonación de impuestos a los contribuyentes en situaciones extremas, como fue la pandemia.
Estas turbulencias jurídicas, se trata de un mal generalizado, porque no es solamente de nuestras naciones latinoamericanas, que por citar un ejemplo, se prohíben en Bogota, Colombia las corridas de toros, pero se permite la eutanasia, o bien, el caso de Argentina, que se dicta una sentencia para proteger a un simio de un zoológico, pero no se reconocen los derechos de una mujer de los pueblos de origen encarcelada por delitos menores, sin embargo, Europa, que es el corazón, a decir de ellos mismos, de la cultura, después de la Segunda Guerra Mundial, se puso en marcha en todas las naciones el grito del “nunca más” los gobiernos totalitarios, por ende, se encargaron de reforzar sus constituciones, sus tribunales y en general sus sistemas jurídicos. Pero, provocan la muerte de miles de africanos migrántes en el mediterráneo, o bien, permiten los safaris en Sarajevo en la década de los noventa, para que los turistas, desde una colina, se dediquen a matar a los seres humanos que viven en las aldeas, y sorpresivamente, nadie se dio cuenta, hasta el documental que se publicó en 2022, esas son las turbulencias jurídicas que deberíamos, primero salir de nuestra indiferencia y luego, tratar de resolver.
(Web: parmenasradio.org)