Opinión

¿Impuesto a las remesas?

15 junio, 2025 11:22 am
Silvino Vergara

“Vivimos en un mundo donde
lo que se espera está por debajo
de lo que se tiene.”

Boaventura de Sousa Santos

Dentro de tantas noticias que se presentan a diario, es tan complicado para el ciudadano de a pie darle seguimiento, por lo menos, a una de ellas, ya que es más importante lo que sucede constantemente en la vida diaria que, estar atento con lo que sucede sobre un tema especifico por los diversos actores que van conformando la noticia.
Una de esas noticias trascendente, sin lugar a duda, es la que corresponde a la iniciativa presidencial de Estados Unidos de América, respecto a la imposición de un impuesto a las remesas, es decir, al envío de dinero fuera de ese país.
Esa noticia que se puso en las notas principales de todos los diarios y programas informativos resulta que ya está pasando a segundo termino, por otras situaciones, aun de mayor trascendencia, como es la inminente guerra entre Israel e Irán, sin embargo, este impuesto en caso de que se apruebe y que, inicie su vigencia, es catastrófica para nuestra región de Latinoamérica, pues no es solamente para México, sobre todo, para muchos de los países centroamericanos que viven de las remesas.
Y es que el objetivo de este impuesto que pretende imponerse en Estados Unidos de América, no es recaudatorio, es decir, su objetivo no es simplemente recaudar más recursos económicos, que si bien, se ha sostenido que con este impuesto se pretende terminar de construir el muro de la frontera con México, esto no es el objetivo principal de ese impuesto, ya que es de aquellos impuestos que la doctrina, la teoría, la academia sostiene que son los denominados: “impuestos con fines extra-fiscales”, es decir, que no tienen el objetivo primario de resultar recaudatorios, sino que su objetivo es otro, en este caso, el objetivo de este impuesto es tener un control, identificar mejor a las personas que desde Estados Unidos de América envían dinero a otros países, pero no necesaria y exclusivamente México, sino en general a cualquier nación, por ende, es un impuesto con fines extra fiscales.
En México, hemos tenido diversos impuestos con estos fines, uno de ellos fue el denominado impuesto sobre depósitos en efectivo, que el objetivo de ese impuesto no era recaudar, sino detectar que personas hacen uso del sistema bancario y que no pagan impuestos, no están inscritos en el SAT, por lo cual, el objetivo de ese impuesto no es obtener recurso para sufragar el gasto publico, sino para detectar a ese tipo de personas, que con el tiempo, al haber dado resultados, se tuvo que derogar, porque ya había cumplido su cometido.
En el caso del impuesto a las remesas tiene ese fin, es decir, no es simplemente recaudatorio, sino que es para ubicar a las personas que envían dinero, cómo lo envían, a donde lo envían, que montos se envían, la frecuencia del envío, etc., es decir, este impuesto lo que va a obtener es una serie de datos que servirán para tomar otro tipo de decisiones respecto al problema de la migración en el país vecino del norte.
¿Cuál será el problema para las naciones que reciben remeses?, desde luego que, lo primero, es una disminución de ingresos, pues de las estadísticas que se han presentado, en el mes de abril de 2025, se han reducido los envíos de dinero a México, lo cual es una muestra de la incertidumbre que tuvo de primera mano esa iniciativa impositiva, lo que es muy preocupante para los países que reciben esas remesas, porque gran parte de sus ingresos desafortunadamente, son de las remesas ante la imposibilidad de los países de nuestra región de crear otro tipo de ingresos que no sean las remesas y del sector turismo, por lo que, no se puede hablar de una estabilidad económica apropiada para estos países, y es que uno de los problemas principales de toda esta situación, es que los países receptores de las remesas, lejos de preocuparse por sus propias políticas publicas para buscar alternativas de recursos, lo que han realizado es una serie de declaraciones y opiniones en contra de esa medida, pero eso no es suficiente, en primer lugar, porque nadie de los altos dirigentes de Estados Unidos de América les va a hacer caso, y ni les interesa lo que se diga en las naciones de nuestra región, por otro lado, solamente demostramos la impotencia de nuestras economías y de nuestra capacidad para innovar y buscar alternativas que permitan sustituir esos recursos que ya no llegarán a nuestras naciones.
Lo que sucederá también, en el caso de que se imponga este impuesto en Estados Unidos de América es que, los propios migrantes y algunas oficinas de prestación de servicios tributarios, implementaran esquemas de elusión fiscal, ese decir, medidas para evitar que se les grave sobre este impuesto, buscando, planeando otras formas de enviar el dinero a los países latinoamericanos, lo cual incrementará más el problema de la economía paralela, que muchas de la ocasiones tras de ella, no solo se encontrará al migrante que pretende enviar dinero a su nación para su madre enferma, sino que son canales utilizados por el crimen organizado, por lo cual, eso elevará las consecuencias legales en el envío de dinero.
Lastimosamente, toda esta discusión de este impuesto, se debe a que no hemos logrado en esta región del mundo, ocuparnos de nuestras tareas propias, que es en realidad ver la forma de que se pueda implementar un sistema, en donde podamos generar nuestra propia riqueza y recursos, sin necesidad que, vergonzosamente expulsemos a nuestros paisano a otras naciones, dejándolos a su suerte y ahora, con una carga impositiva. (Web: parmenasradio.org)





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