Opinión

Un canto para Gea, la madre Tierra

20 junio, 2025 8:00 pm
Eduardo Pineda

El ambientalismo es un término que se refiere a los distintos movimientos sociales que tienen como meta la protección y cuidado del medioambiente. Es una realidad compleja porque combina ideología y acción política. Es decir, no se puede desligar la parte teórica de la defensa y puesta en práctica de medidas que conduzcan a una protección efectiva del planeta.

Esta corriente surge y se desarrolla de forma paralela al desarrollo industrial, aunque es en la segunda mitad del siglo XX, cuando realmente comienza a cobrar protagonismo. De hecho, si tuviéramos que marcar una fecha como punto de despegue de los movimientos ambientalistas, habría que poner el foco en la década de los 70. Concretamente, en la gran crisis energética sufrida a nivel internacional en 1973, como consecuencia de la negativa de ciertos países de la OPEP de vender petróleo a Occidente.

Las consecuencias de la crisis del petróleo fueron impresionantes. Se tambalearon los cimientos de la economía mundial, con una espiral inflacionista y de desempleo como pocas veces antes se había vivido en la historia. También, se socavaron las políticas de bienestar social. Este contexto puso en primera línea las contradicciones de un modelo de desarrollo económico desenfrenado que, a todas luces, no era sostenible.

Existen diferentes formas de abordar la necesidad de proteger el medioambiente. Estos distintos enfoques dan lugar a movimientos distintos. No solo se diferencian por los objetivos, también por las medidas que proponen para alcanzarlos. En el caso del ambientalismo, los objetivos esenciales se pueden resumir en tres principios: La preservación del medio ambiente, la prevención de la desaparición de cualquier especie animal o vegetal y la creación de una conciencia social sobre la influencia que la actividad humana tiene en la alteración del ecosistema y, por tanto, la necesidad de actuar de manera responsable para evitarlo.

Es posible que, con la simple exposición de los objetivos sea difícil distinguir lo que es el ambientalismo de otros fenómenos destinados a cuidar el medioambiente. En este sentido, puede resultar clarificador explicar que distingue al ambientalismo del ecologismo, porque son los dos conceptos más representativos.

Los ecologistas defienden la Naturaleza por el valor que tiene en su conjunto. El ser humano es solo una especie más dentro de este conjunto y no tiene privilegios. Para el ambientalista, por el contrario, la especie humana es el centro de las preocupaciones. Hay que compaginar medioambiente y desarrollo, de manera que las personas no pierdan bienestar.

Conviene despojar al término radical de las connotaciones negativas con las que se le asocia, para entender esta diferencia entre un ambientalista y un ecologista. El ambientalismo es conciliador en el sentido de que no busca una transformación profunda del modelo social, solo reajustes concretos que limiten el daño de la actividad humana en el planeta. Dentro de estos límites, habría renuncias medioambientales aceptables si lo que se pone en peligro es el bienestar humano. Nunca, aquellas que afectan directamente a nuestra salud.

Para los ecologistas, el planteamiento es más profundo, va más a la raíz, de ahí el uso del adjetivo radical. Las corrientes ecologistas consideran que no existe sostenibilidad posible si no se adoptan cambios bruscos en la economía y transformaciones políticas y sociales profundas.

El ecologismo propone alternativas concretas, cambios en la política, con legislación que afecta a todos los ámbitos de la vida, desde la innovación tecnológica o los recursos energéticos, los modelos de agricultura hasta la salud. Mientras, el ambientalismo se conforma con concienciarnos sobre nuestra responsabilidad en los daños medioambientales, confía más en que el sistema se autorregula sin medidas intervencionistas.

Eso sí, ambos nos alertan sobre las secuelas de una actividad humana sin control y sin medida. Por eso, se comete un error intentando enfrentar ambas posiciones. El ambientalismo ha sido capaz de concienciar y movilizar a muchas personas que, si no se hubiesen sentido afectadas directamente, no se hubiesen sumado a esta lucha por la sostenibilidad.

Adrián Tlapa y su colectivo Cholultecas Unidos y en Acción trabajan desde la trinchera educativa y artística en prode la defensa de la naturaleza, su cuidado y protección, así como la toma de conciencia social al respecto. Admira su pasión y entrega, la cual, deja de manifiesto en la emoción que marca una impronta imborrable en su música que nos devuelve la esperanza y nos inspira a luchar en sinergia con ellos.

https://www.youtube.com/watch?v=IJWeKqKNico

Eduardo Pineda

eptribuna@gmail.com





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