México Corresponsable

Hace seis años, recibí una invitación para participar en una mesa de diálogo sobre educación. Reflexionar acerca de este tema en nuestro país junto a colegas implicó un profundo ejercicio crítico, generoso y de enorme colaboración.

Durante varios meses, las conversaciones se guiaron por la metodología de Reos Partners, quienes cuentan con larga trayectoria en procesos de reconciliación de paz. A lo largo de más de seis meses, nos sumergimos en un mundo donde dialogábamos con personas que compartían nuestra vocación y pasión por la educación, pero que también nos desafiaban a abrirnos a otras perspectivas, miradas y experiencias.

Los resultados de este encuentro forman parte de la labor desarrollada en Méxicos Posibles, una plataforma cuya información sobre los diversos grupos de trabajo está disponible al público. En esta organización se abordan cuatro escenarios posibles para un país tan complejo como el nuestro: el México fallido, el pasmado, el agandallado y el corresponsable. Cada uno de estos escenarios implica desafíos considerables, dependiendo de los problemas públicos abordados.

En una época en la que se delineará una nueva visión educativa, llamar a una agenda corresponsable en este tema no solo es importante, sino urgente. El derecho a la educación no debe condicionarse por ningún motivo. La idea de que todas las niñas, niños y jóvenes en edad escolar asistan a la escuela no es objeto de debate; garantizar que los estudiantes aprendan lo necesario no solo para mejorar sus oportunidades, sino para sobrevivir en un mundo cada vez más tecnologizado, es ineludible. Además, la participación de estas voces, futuros tomadores de decisiones, es crucial.

El silencio, la indiferencia, la apatía y el miedo permea todo el país. No es posible construir un México corresponsable si todos creemos que las responsabilidades recaen en los demás. México necesita mucho más, requiere de reconocer que la construcción de un país exitoso se da por los esfuerzos de cada individuo.

Los avances en la agenda educativa de México y sus entidades no pueden ni deben esperar más. Es fundamental que las familias levanten la voz por la educación, exijan las mejores condiciones de aprendizaje y valoren a los docentes, quienes no solo guían a las generaciones futuras, sino que también necesitan una apreciación social significativa. Un México posible implica corresponsabilidad, y esa responsabilidad no se transfiere, se genera.