A diez años del discurso de los derechos humanos

14 junio, 2021 7:41 pm

«Las revoluciones algunas veces se producen 

en tiempos de caos, pero normalmente

 lo hacen cuando no hay ni guerra ni caos.

 Se producen bajo dos condiciones: 

en tiempos de pobreza y 

cuando la justicia se derrumba».

Slavoj Žižek

Todo indica que el discurso de los derechos humanos en México está agotándose paulatinamente. Prueba de ello fueron las campañas electorales recientes; a cuenta gotas, los candidatos hablaron sobre los derechos humanos, fue nula su participación sobre ese tema. Pareciera que ese discurso está desgastado, en parte, porque no hay Estado que soporte esa tarea titánica y no hay presupuesto que alcance para ello.

El pasado diez de junio de 2021 fue el décimo aniversario de la reforma constitucional de los derechos humanos, y el discurso al respecto se ha agotado, pues el obrero y el patrón exigen la efectividad de los derechos humanos; también, el marido y la mujer exigen la protección a sus derechos humanos; de la misma forma que el comerciante y el productor, el profesor y el alumno, el menor de edad y el adulto mayor, el que forma parte de la clase media y el de la clase baja, el del partido de izquierda y el de la derecha, tanto la víctima como el procesado o, incluso, el mismo juez. Lo cierto es que el discurso de los derechos humanos sólo ha provocado la polarización de la sociedad, como muchos políticos lo hacen en la actualidad; y ese es el principal problema de los derechos humanos: polarizan, dividen, fragmentan una sociedad. El tiempo dirá si ese es el propósito de los mismos en el mundo actual.

En los tribunales, esta polarización no se queda atrás; en ellos considerar los derechos humanos es el eterno problema. En resumen, los derechos humanos se violan para proteger derechos humanos. Por ende, cuando se llega a instancias jurisdiccionales superiores con el propósito de proteger los derechos humanos, sucede que se ponen en una balanza los de las partes y, por tanto, siempre habrá a quien se le violen sus derechos con las sentencias y resoluciones que se dictan. Esto es a lo que le llaman ponderación judicial, la tarea de los jueces de, en una sentencia, poner en una especie de balanza o ponderómetro qué derecho se debe proteger y cuál no. Ese es el juego de la ponderación; el cual ha provocado, en los últimos años, más incertidumbre en la sociedad; cuando la certeza, la seguridad jurídica era lo único que más o menos brindaba el derecho.

Hoy, nos encontramos ante la presencia de un discurso político que habla de los derechos humanos sin decir de quiénes ni cómo protegerlos. Con todo, tal discurso llega a las leyes, donde unas son creadas para proteger algunos derechos humanos a la vez que se contravienen otros más. Por lo cual, se termina protegiendo los derechos humanos que políticamente conviene proteger en un momento dado; pero luego, con el primer cambio de gobierno y de políticas públicas, se invierten los papeles y los derechos que no se protegían ahora se protegen. Ahora bien, lo más problemático de los derechos humanos es delimitar qué y cuáles son los derechos humanos; pues ahora podemos encontrarnos con intentos e intentos de legislar una ola de «derechos humanos» que, finalmente, no cumplen con ninguno de los cometidos en la protección de tales derechos humanos; quedándose en simples pláticas de café, discursos políticos o trabajos estériles, que no pernean en la realidad.

El desgaste que existe en la población sobre los derechos humanos es el principal problema de ellos; cuya consecuencia es su falta de efectividad. Habría que poner en la palestra esta reforma de los derechos humanos, en vez de hacer simples festejos y conmemoraciones políticas por su décimo aniversario.

El problema es que no parece haber otra alternativa a la de apelar por los derechos humanos, tanto para el político como para el ciudadano de a pie, la población y la burocracia. Por tanto, sería prudente dejar de desprestigiar la concepción de los derechos humanos y, ahora, considerar seriamente en qué consisten, cuál es su alcance, cuáles son y hacia dónde nos llevan. (Web: parmenasradio.org).





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