Apoyemos a adultos mayores vacunados a regresar a sus actividades productivas
Como todos sabemos, el programa nacional de vacunación inició con el personal de salud y, desde el mes de febrero, ha continuado a partir de una calendarización por edades que comenzó con los adultos mayores de 60 años. A la fecha, la vacunación a este segmento de la población lleva un avance del 25%. Es decir, que si hay 16 millones de adultos mayores en todo el país, ya hay alrededor de 4 millones vacunados y se espera que, para finales de abril, todos cuenten ya con, al menos, una primera inmunización.
Esto significa que, dentro de unas semanas, muchas de las personas que se encuentran en este rango de edad estarán en condiciones de regresar a sus actividades productivas. El problema es que muchos de ellos perdieron sus empleos por el riesgo de contagio. Los adultos mayores representan uno de los sectores más vulnerables frente al Covid, por lo que fueron los primeros en tomar las medidas preventivas de confinamiento al inicio de la pandemia.
En este marco, creo que vale la pena resaltar el caso de éxito vivido en el estado de Coahuila, en la zona de La Laguna, donde las autoridades del DIF, en coordinación con el sector empresarial lograron la reincorporación de cientos de adultos mayores a las actividades de empaquetado de productos en una gran cadena de tiendas de autoservicio.
Para ello, la autoridad estatal le realizó estudios médicos a los adultos mayores vacunados y les impartió un programa de capacitación sobre medidas sanitarias de prevención con el objetivo de que las empresas del ramo tuvieran la confianza de emplearlos nuevamente. Varias firmas han respondido positivamente a esta iniciativa y se espera que otras más se sumen en los próximos meses.
Considero que, como país, debemos aprender de esta experiencia exitosa y pensar en cómo podemos llevarla al siguiente nivel, tanto para apoyar a los adultos mayores a que se empleen y tengan una fuente de ingreso, pero también para aprovechar su ímpetu y vitalidad y sumarlos al proceso de recuperación de nuestra economía ahora que ya están inmunizados.
Pensando en ello, esta semana presenté un Punto de Acuerdo en la Cámara de Diputados para exhortar a las autoridades federales y estatales de salud, trabajo, economía y del sistema DIF, primero, a recuperar la experiencia del gobierno de Coahuila y de otras entidades o gobiernos municipales que hayan hecho algo similar. El objetivo es replicar el esquema en todos los estados de la república. Segundo, a explorar la posibilidad de escalar estas experiencias a otros sectores de la economía, más allá de las tiendas de autoservicio. Ello implica trabajar de manera coordinada con el sector privado para sumarlo a este gran esfuerzo. No olvidemos que existen cientos de actividades económicas en las que podemos emplear a los adultos mayores que ya han sido inmunizados. De esta manera, podremos ir reactivando aquellos negocios que tienen restricciones de salud para operar a mayor capacidad. Y tercero, a diseñar un programa de reconocimiento a la responsabilidad social de las empresas participantes. La idea es generar incentivos para que se vayan sumando otros sectores de la economía a este modelo.
Hace unos días, cientos de adultos mayores marcharon en la CDMX exigiendo regresar a laborar como empacadores a las tiendas de autoservicio. Muchos denunciaron no haber tenido acceso a ningún tipo de apoyo, por lo que necesitan emplearse cuanto antes para tener alguna fuente de ingreso segura. Es previsible que conforme avance el proceso de vacunación entre adultos mayores, se multipliquen este tipo de exigencias en todo el territorio nacional.
Por ello, considero pertinente estar un paso adelante con un plan para poder reincorporarlos cuanto antes a las actividades productivas. Tenemos que aprender de las experiencias exitosas como la de Coahuila, para sumar a los adultos mayores vacunados a la recuperación nacional. Esto no solo representará un beneficio económico para ellos, sino una manera de superar el trauma que ha significado el encierro. Creo que debemos aprovechar la fortaleza y la gran experiencia de este sector de nuestra población para que cada estado de la república —en coordinación con el sector privado— pueda ir incorporando a los adultos mayores a este primer esfuerzo de recuperación económica nacional.