Datos históricos para no olvidar: Leona Vicario
Gabriela Hernández Huerta
“…No sólo el amor es el móvil de las acciones de las mujeres:
que ellas son capaces de todos los entusiasmos, y que los deseos
de la gloria y de la libertad de la patria no les son extraños”.
Leona Vicario
Y continuamos recordando a los personajes más representativos del movimiento independentista de 1810 en nuestro país. En esta ocasión, escribo acerca de la interesante vida de una gran mujer conocida como “la mujer fuerte de la Independencia de México” y considerada la primera periodista del país. Su convicción por la libertad la empujó a terrenos inesperados. No sólo luchó por la independencia, sino que también reivindicó los derechos de las mujeres. Para Leona Vicario ambas causas iban tomadas de la mano.
María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador, mejor conocida como Leona Vicario, fue una de las figuras más destacadas de la Guerra de Independencia, durante la cual formó parte de los insurgentes teniendo un papel de espía, alertando de las situaciones que ocurrían en la capital del virreinato.
Leona Vicario nació un 10 de abril de 1789 en la capital de la Nueva España, aunque otras fuentes señalan que fue el 23 de junio de 1787. Sus padres fueron don Gaspar Martín Vicario, español oriundo de la villa de Ampudia, y doña Camila Fernández, originaria de Señor San José de Toluca. Como era común en aquella época, don Gaspar había viajado a la Nueva España con la intención de conseguir fortuna. Esto lo logró pocos años después de su llegada gracias a su inteligencia y facilidad para el comercio.
En este contexto, don Gaspar y doña Camila se conocieron y se casaron. Dos años después nació Leona Vicario, quien, a diferencia de las costumbres de la época, recibió una educación intelectual y religiosa bastante destacada. Y este punto es de resaltar, en virtud de que la preparación académica en esa época era negada a las mujeres, pues se consideraba que su único destino era contraer nupcias con el mejor partido posible. Afortunadamente, Leona fue la excepción dentro de esta constante. Ya que al ser hija única sus padres se empeñaron en desarrollar sus virtudes.
Sin embargo, aquella felicidad familiar no fue permanente pues, cuando aún era una niña, perdió a su madre. Después, a los 17 años, también quedó huérfana de padre. Y entonces Leona quedó a cargo de Agustín Pomposo quien era hermano de su madre. Asimismo, en esa época Vicario conoció a Octaviano Obregón quien era el candidato ideal para contraer nupcias con la joven. Pero, el estallido del movimiento independentista impidió que el matrimonio se consumara. Tiempo después, llegó a la ciudad don Andrés Quintana Roo, quien se convertiría en su futuro esposo.
A continuación, me gustaría explicar en pocas líneas cuál fue el papel de Leona Vicario durante la Independencia de México.
El comienzo de la guerra de independencia fue sumamente complicado. A pesar del anhelo de libertad, aún prevalecía el miedo de ser descubierto, detenido y ejecutado por traicionar al régimen. Las autoridades ejecutaban por igual, tanto a hombres como a mujeres. No obstante, y a pesar del terrible riesgo que corría, Leona se entregó a la causa y se convirtió en informante de los insurgentes. Además, entre las cartas que escribía a los jefes del movimiento, siempre hacía un esfuerzo por alentarlos a resistir y a continuar luchando por la Independencia. Asimismo, procuró mantener informadas a las esposas de los insurgentes para darles algo de tranquilidad en un contexto tan difícil.
Por otro lado, utilizó su propia riqueza para cubrir los costos de las armas, municiones y demás gastos necesarios para mantener viva la llama de la lucha independentista. Sin embargo, en mayo de 1813 fue descubierta, apresada y recluida en el Convento de Belén y sus bienes quedaron confiscados. Y a pesar de esto, las autoridades nunca lograron que delatara a los demás conspiradores.
Sin embargo, la insurgente recibió la ayuda para lograr escapar y dirigirse hacia Oaxaca, para reunirse con el contingente de José María Morelos y Pavón. Y, posteriormente, Vicario se casó con Andrés Quintana Roo, mientras ambos continuaban siendo parte del movimiento. En esa época, Leona Vicario dio a luz a Genoveva –quien nació en una cueva- y a otra hija. Luego, inevitablemente, la pareja fue descubierta, por lo que Quintana Roo pidió el indulto para su esposa. Más tarde, la pareja se estableció en Toluca.
A pesar de todas las inconveniencias, Leona Vicario fue de las pocas insurgentes que pudieron ver consumada la rebelión. Tiempo después, la aguerrida mujer reclamaría la indemnización por su fortuna. Sin embargo, el Gobierno era incapaz de pagarle por lo que le otorgó la Hacienda de Ocotepec (en Apan, Hidalgo) y dos casas en la Ciudad de México.
Finalmente, Vicario falleció a los 53 años de edad (el 21 de agosto de 1842 según la fecha oficial).
Leona Vicario fue nombrada Benemérita y Dulcísima Madre de la Patria, y ella es la única mujer en México a quien se le han rendido funerales de Estado. El gobierno de México declaró en el año 2020 “Año de Leona Vicario, Benemérita Madre de la Patria”, en reconocimiento a las mujeres en la historia política de México.