Opinión

Datos históricos para no olvidar: María Antonieta Rivas Mercado

23 mayo, 2023 5:57 pm
Gabriela Hernández

“Sólo padeciendo de amor se sabe cuánto se ama”.

-Antonieta Rivas Mercado

“Arturo, antes de medio día me habré pegado un balazo […]. Le ruego que cablegrafíe (no lo hago yo porque no tengo dinero) a Blair y a mi hermano para que recojan a mi hijo […] está en Burdeos 27 Rue Lechepellier con la familia Levigne. Gente que me quiso mucho y quien quiere bien a mi pequeño […]. Me pesó aceptar la generosa ayuda de Vasconcelos, al saber que lo que necesitaba le robaba fuerza, no he querido. De mi determinación nada sabe, está arreglando el pasaje. Debería encontrarme con él al mediodía. Soy la única responsable de este acto con el cual finalizo una existencia errabunda”. Guadalupe Loaeza, “Cita con la muerte”, La puerta falsa: De suicidios, suicidas y otras despedidas…, México, Océano, 2011.

El 11 de febrero de 1931, en la catedral de Notre Dame de París, Antonieta Rivas Mercado se dio un tiro en el corazón y puso fin a una corta pero productiva y apasionada vida dedicada al impulso de las artes y de los valores democráticos en nuestro país.

María Antonieta Valeria Rivas Mercado fue una actriz, escritora, promotora cultural, defensora de los derechos de la mujer y activista política mexicana. Fue hija de Matilde Castellanos Haaf y el arquitecto Antonio Rivas Mercado, autor del Ángel de la Independencia, entre otros monumentos y edificios históricos del porfiriato. Bajo la guía de su padre, se educó en un rico ambiente cultural; aprendió música, danza y otras artes desde niña. Aprendió a hablar inglés, francés, alemán, italiano y griego.

Antonieta Rivas Mercado nació en la Ciudad de México el 28 de abril 1900 en la casa de sus padres en la calle de Héroes 45 y creció rodeada de arte, por lo que, con el paso del tiempo, se convirtió en un personaje importante de la cultura mexicana. De hecho, con la herencia que recibió al morir su padre, fundó la Sinfónica Nacional bajo la dirección de Carlos Chávez y el Teatro Ulises. Igualmente, fue mecenas de personajes como Andrés Henestrosa, Xavier Villaurrutia, Salvador Novo, Gilberto Owen, Celestino Gorostiza, María Teresa Montoya, Roberto Montenegro, entre otros.

La vida personal y sentimental de Rivas Mercado no fue tan afortunada como su vida profesional. Se casó a los 18 años con Albert Edward Blair, un inglés que era amigo de Francisco I. Madero; sin embargo, su relación no duró mucho. Luego de un divorcio muy complicado, en el que perdió la custodia de su único hijo, por el que no dejó de pelear en los tribunales y fuera de ellos; destruida por la temprana muerte de su padre; enfrentada a una sociedad que negaba a las mujeres la posibilidad de abrirse camino.

Años más tarde, en 1927, conoció al pintor Manuel Rodríguez Lozano, quien no correspondió su amor. Ese mismo año también murió su padre. Dos años después, en 1929, conoció a José Vasconcelos, con quien sostuvo una relación y a quien apoyó durante su campaña electoral. Y es que Vasconcelos, quien fue un apasionado filósofo y educador, se lanzó como candidato presidencial en contra del recién nacido partido oficial y que exigía la instauración de aquel orden democrático soñado por Francisco I. Madero. Entonces Rivas Mercado se entregó por completo a la cruzada vasconcelista y se vinculó afectivamente a su líder.

Rivas Mercado tuvo que salir del país por órdenes de sus doctores a causa de una crisis nerviosa por exceso de trabajo. Luego del fracaso de la campaña vasconcelista, Antonieta deja Nueva York y se muda a París, donde trabaja como escritora y periodista. Cabe hacer mención que Vasconcelos se autoexilió en París. Ella se fue con él, pero antes de eso sustrajo a su hijo de la casa paterna. Sin embargo, un día Antonieta le preguntó a Vasconcelos si aún la amaba. Él le contestó que no, y además le externó su necesidad de regresar con su esposa a México, y aparte le ofrecían el puesto de Rector de la Universidad Nacional.

Se dice que la última noche que Antonieta Rivas Mercado pasó con vida, se reunió con José Vasconcelos. A la mañana siguiente, el 11 de febrero de 1931, a la edad de 30 años, la escritora mexicana se suicidó dentro de la Catedral de Notre Dame, en el extremo izquierdo de una banca y frente a una imagen de Jesús crucificado, con la pistola que Vasconcelos llevaba siempre consigo.

La trágica noticia acaparó todos los diarios parisinos y en la Catedral de Notre Dame se realizó una ceremonia especial para “limpiar” el recinto de este sacrilegio. Antonieta permaneció sepultada en un cementerio de Francia hasta que finalizó la concesión de su tumba; como nadie se ocupó de su osamenta, fue enviada a la fosa común. Por su parte, Vasconcelos rechazó la pistola que la policía francesa quería regresarle.





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