Datos históricos para no olvidar Sor Juana Inés de la Cruz. Una mujer adelantada a su época
“Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis”
Hombres necios que acusáis
Sor Juana Inés de la Cruz
Haciendo un recuento de los hechos históricos ocurridos en este mes de Noviembre, llamó mi atención especialmente la conmemoración del natalicio de una mujer que fue una brillante exponente del Siglo de Oro de la literatura en español y que hasta nuestros días es un gran referente de la lucha de las mujeres por ser escuchadas y valoradas en todos los ámbitos: Sor Juana Inés de la Cruz.
Juana Inés de la Cruz o también conocida como Juana de Asbaje nació el 12 de noviembre de 1648 en San Miguel Nepantla. Fue una religiosa jerónima y escritora novohispana. De igual manera, es considerada como La Décima Musa. Ella cultivó la lírica, el auto sacramental, el teatro, así como la prosa
Sor Juana pasó su infancia entre Amecameca, Yecapixtla, Panoaya y Nepantla. Fue una niña prodigio. A los tres años aprendió, con ayuda de su hermana, a leer y escribir. Ella estudiaba todo cuanto era conocido en su época, leyendo a los clásicos griegos y romanos.
Entre 1664 y 1665, ingresó a la corte del Virrey Antonio Sebastián de Toledo, y es el ambiente y la protección de los virreyes los que marcarían decisivamente el desarrollo literario de Juana Inés. Quiso entrar a la universidad pero como las mujeres no tenían derecho a estudiar, entonces se dice que se disfrazó de hombre para poder ingresar. A finales de 1666 llamó la atención del padre Núñez de Miranda; él era confesor de los virreyes, y al saber que ella no deseaba casarse, le propuso entrar en una orden religiosa.
Después de un intento fallido con las Carmelitas, cuyas reglas eran de una rigidez extrema que la llevó a enfermarse, ingresó a la Orden de San Jerónimo, donde la disciplina era un poco más relajada. Allí permaneció el resto de su vida.
La obra dramática de sor Juana va de lo religioso a lo profano. Sus obras más destacables en este género son “Amor es más laberinto”, “Los empeños de una casa”, y una serie de autos sacramentales concebidos para representarse en la Corte. “Primero Sueño”, escrito en 1692, es el poema más importante y emblemático de Sor Juana. También escribió poesía en náhuatl.
Ella tuvo el valor de enfrentar el dominio masculino en todos los ámbitos, pues abrió brecha en cuanto a la libertad de pensamiento, de educación, misma que para ella debía ser igual para hombres y mujeres. A mi punto de vista, me atrevo a considerar que Sor Juana es una pionera de la lucha de las mujeres por la equidad de género.