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Indígenas y científicos se unen para salvar al achoque

10 julio, 2025 9:00 am

Durante cinco décadas, Froylán Correa vivió de la pesca en Pátzcuaro. En ese mismo lago se dedica ahora a salvar al achoque, una salamandra vista como un elixir en México por la sorprendente capacidad para regenerar sus órganos.

Pariente del ajolote, este anfibio está “críticamente amenazado”, según la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), debido a la pesca excesiva, la contaminación y la extracción de agua de su hábitat en el estado de Michoacán (oeste).

Por ello, biólogos de la estatal Universidad Michoacana decidieron vincular a la comunidad indígena de San Jerónimo Purenchécuaro a un proyecto de reproducción del achoque, endémico de la zona, a cambio de una remuneración.

Correa, un sexagenario que conoce perfectamente el lago, está metido de lleno en su trabajo como recolector de huevos del anfibio.

“Había mucho achoque (…) ahorita ya la nueva generación no lo conoce”, dice el hombre sobre el animal, cuyas branquias repletas de filamentos alrededor de la cabeza parecen una melena.

Los huevos son llevados por el biólogo Rodolfo Pérez a su laboratorio en la Universidad Michoacana, donde eclosionan. Cuando los anfibios crecen, regresan a las instalaciones de los pescadores, quienes los cuidan hasta que están listos para ser liberados en el lago, explica Israel Correa, pariente de Froylán.

El achoque pertenece al género Ambystoma, estudiado por la ciencia debido a su extraordinaria capacidad para regenerar extremidades mutiladas y porciones de órganos como el cerebro y el corazón.

Está emparentado con el ajolote, que habita la zona lacustre de Xochimilco, en el sur de Ciudad de México, y cuya figura adorna desde 2021 los billetes de 50 pesos (2,6 dólares), considerados los más “atractivos” por la población según una encuesta del Banco de México (central).





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