Opinión

Japón: cuando el descanso se vuelve urgente

30 julio, 2025 7:01 am
Alejandro Kasuga


Japón, país sinónimo de disciplina, puntualidad y productividad, enfrenta desde hace décadas una paradoja social: sus impresionantes logros económicos han ido acompañados de un deterioro silencioso en la salud mental y emocional de sus trabajadores. Esta situación ha encendido las alertas en una nación donde la palabra karōshi —que significa “muerte por exceso de trabajo”— no es una metáfora, sino una causa reconocida de fallecimiento médico y legal desde los años 80.

El compromiso total con el empleo, extendido durante la posguerra como símbolo de reconstrucción nacional, generó una cultura laboral que valora las largas horas más que la eficiencia, el presentismo más que la innovación, y el sacrificio personal como virtud moral. Sin embargo, este modelo empezó a mostrar fracturas: disminución de la natalidad, aumento de los suicidios, colapso emocional y fenómenos como el hikikomori (aislamiento social prolongado).

Frente a esta realidad, el gobierno japonés ha comenzado a reaccionar con reformas legales, culturales y estructurales que fomenten el descanso programado. Además de limitar las horas extra y exigir días obligatorios de vacaciones pagadas, Japón ha ido creando —y reformando— un calendario de días feriados estratégicos, que no solo conmemoran eventos históricos o culturales, sino que invitan al país a detenerse, reflexionar y reconectar con su entorno natural y humano.

Uno de los casos más emblemáticos es la Golden Week, una secuencia de días festivos que ocurre entre finales de abril y principios de mayo. Este bloque vacacional se ha convertido en el más esperado del año, no sólo por su duración, sino por su función social. De los feriados que componen esta semana, destacan dos por su relevancia cultural y ambiental:

– 29 de abril: Día de Shōwa (Shōwa no Hi) – instaurado oficialmente en 2007 en honor al emperador Hirohito (emperador Shōwa), como una fecha para reflexionar sobre el pasado del país y sus avances.

– 4 de mayo: Día del Verdor (Midori no Hi) – originalmente un día puente sin nombre, fue convertido en feriado oficial en 2007 con el objetivo de promover la gratitud hacia la naturaleza y la conciencia ecológica.

Estos dos días, además de conectar con la historia imperial y la identidad nacional, simbolizan un cambio cultural profundo: el descanso no es una pérdida de tiempo, sino una inversión en salud mental y armonía con el entorno.

Una singularidad del calendario japonés es el Kokumin no Kyūjitsu (国民の休日), o “día del ciudadano”. Según la ley japonesa, cuando un solo día laboral se encuentra entre dos feriados oficiales, automáticamente se convierte también en feriado nacional. Esta estrategia busca evitar interrupciones innecesarias en la semana y fomentar descansos prolongados.

Un ejemplo clásico es cuando el 3 y el 5 de mayo son feriados: el 4 de mayo, originalmente no festivo, fue designado como Kokumin no Kyūjitsu en varias ocasiones, hasta que en 2007 fue formalmente nombrado Día del Verdor. De esta forma, el descanso colectivo se volvió no sólo legal, sino simbólico.

Esta fórmula de “puentes oficiales” permite que, sin crear nuevos días festivos adicionales, el gobierno incentive pausas largas y armónicas, alineadas con el ciclo laboral y escolar del país.

Inspirado en el éxito de la Golden Week, el gobierno japonés ha promovido otras secuencias vacacionales, como la llamada Silver Week. Esta ocurre solo ciertos años, cuando coinciden dos feriados en septiembre: el Día del Respeto a los Ancianos (tercer lunes de septiembre) y el Equinoccio de Otoño (alrededor del 23 de septiembre). Si el día entre ambos no es laborable, también se convierte en Kokumin no Kyūjitsu, conformando así una segunda “semana dorada”.

La Silver Week no ocurre todos los años, pero cuando lo hace —como sucederá nuevamente en 2026— es un alivio mental y físico muy valorado, especialmente para trabajadores que difícilmente pueden tomar vacaciones extensas por cuenta propia.

Además, el país ha creado feriados más recientes que buscan revalorizar el entorno natural como espacio de descanso:

– Día del Mar (Umi no Hi) – instaurado en 1996 y trasladado al tercer lunes de julio desde 2003, destaca la importancia del mar en la cultura, economía y medio ambiente japonés.

– Día de la Montaña (Yama no Hi) – aprobado en 2014 y observado por primera vez en 2016 (11 de agosto), promueve el contacto con los entornos montañosos y la apreciación por los recursos naturales.

Hoy, Japón es uno de los países con más días festivos nacionales en el mundo industrializado (más de 15 al año). Pero ¿cómo se compara esto con México?

Mientras que Japón tiene 17 días feriados oficiales al año —más 1 o 2 adicionales por puentes automáticos—, en México la Ley Federal del Trabajo reconoce entre 7 y 9 días festivos obligatorios. Es decir, Japón tiene prácticamente el doble de días de descanso colectivo que México.

Y más allá del número, lo interesante es el enfoque: en Japón, los descansos están diseñados no solo para conmemorar fechas históricas, sino para promover el equilibrio entre vida y trabajo, prevenir el agotamiento y fomentar la salud mental.

Por ello, el gobierno japonés también ha lanzado campañas como Premium Friday, que invita a terminar la jornada laboral más temprano el último viernes de cada mes, así como normativas que obligan a las empresas a otorgar al menos cinco días de vacaciones pagadas al año.

Japón está descubriendo que el verdadero progreso no consiste en acumular más horas de trabajo, sino en construir una sociedad equilibrada, consciente y sana. La incorporación de días como el Día del Verdor, el Día del Mar, el Día de la Montaña, y la institucionalización de los Kokumin no Kyūjitsu nos hablan de un país que comienza a priorizar el descanso no como privilegio, sino como política de salud pública.

En un mundo donde el estrés y la velocidad parecen inevitables, Japón ofrece una lección valiosa: también es productivo quien sabe cuándo detenerse.





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