Septiembre
Irma Sánchez
La ambición suma víctimas
Cuántas cosas pasan en Puebla, en México y en el Mundo, de las que nos enteramos al instante y hasta a control remoto, sentados plácidamente en cualquier parte, incluso algunos, soltando los intestinos acomodados en un retrete.
Gracias a un teléfono celular, la sociedad de hoy por medio de este dispositivo, de una tableta, de una lap top o desde una computadora de escritorio, tiene la facilidad de interactuar con el resto del mundo, claro, y desconectarse con las personas con las que supuestamente convive, con las que se cruzan en su día a día, y desde luego con las que comparte cama y techo.
Así por ejemplo este martes desde antes del medio día nos enteramos de que el abogado Jesús Hernández Alcocer murió de un infarto fulminante, mientras se revisaba el caso del asesinato de su esposa la cantante Yrma Lydia –así lo escribía ella y así estaba asentado en su acta de nacimiento-
De igual forma nos enteramos cada mañana de las declaraciones del presidente López Obrador, las cuales por momento resultan candentes y suenan a declaración de guerra.
Nos informamos de la balacera, y asesinatos colectivos “del día” en centros comerciales y lugares públicos de concentración.
Hoy nos llega información para la sobremesa de café, de los amigos y conocidos que coinciden en ser víctimas de las bandas que luchan por sorprender vía celular reportando el secuestro de un ser querido, de que se sacó la lotería, y usurpando a las personas, buscan engancharla con la notificación de que tienen un paquete para el que para entregarlo, su víctima del otro lado del celular tiene que aportar sus datos personales.
Nos enteramos de tantas cosas que hoy con todo el avance tecnológico, la inmadurez de algunas víctimas, y la ilusión de recibir un paquete o el gordo de la lotería, sueltan su información, con lo que nos recuerdan a los sabios latinos que afirmaban que “el número de tontos, es infinito”
Hay que recordar la trillada frase que nos decían los papás, “lo que tú no hagas por ti mismo, nadie lo va a ser.
Y el mensaje pitagórico que sostiene que “duda de todo lo que te digan”. ¡Cuídese!
¡No caiga! “Para no ser estadística del número infinito de tontos”.