La esperanza de las remesas en México
«Muchas repeticiones hacen una verdad»
Joseph Goebbels
En estos tiempos, a lo que se aplaude es a lo que no resulta apropiado hacerlo. Pareciera que, en estos tiempos, se está confirmando lo dicho en el libro de Eduardo Galeano Patas arriba —el mundo al revés—, que inicia con esta leyenda: «La escuela del mundo al revés es la más democrática de las instrucciones educativas. No exige examen de admisión, no cobra matrícula y gratuitamente dicta sus cursos a todos y en todas partes, así en la tierra como en el cielo: por algo es hija del sistema que ha conquistado» (Patas arriba, Ciudad de México, Siglo XXI, 2009).
La prueba de ese mundo al revés es el informe de la administración pública federal del pasado 1 de septiembre de 2021, donde ella presumió de algunos logros económicos provocados o causados por ella misma, como el incremento de las remesas en los últimos tiempos (esto es, el monto de dinero que envían los mexicanos radicados en Canadá y Estados Unidos de América a sus familias en México) y, particularmente, los records que el monto de ellas rompe cada mes.
Pero la duda de la población en general, la pregunta que cualquier ciudadano de a pie se hace es si el aumento de las remesas es un logro del gobierno federal, tal como se vitorea; dado que ellas se deben, entonces, a que las políticas públicas mexicanas están implementadas para instigar a los mexicanos para que huyan a Estados Unidos de América y Canadá.
De otra forma, no se entiende por qué se vitorea algo que es tan vergonzoso, como impulsar la economía del país con las remesas, que la economía mexicana dependa de ellas; puesto que —lo que ya se ha mencionado en otras ocasiones— ello indica que la economía de nuestra nación se ha centroamericanizado, debido a la nula capacidad de producción en el país. Pareciera que no hay más opción que estimular la salida de los mexicanos al extranjero.
De ser así, es decir, de sostener que las remesas son un logro, entonces, algo hay que hacer con la economía mexicana, y la oportunidad está este próximo miércoles 8 de septiembre de 2021 cuando el titular de la administración pública federal presente el denominado paquete económico ante el congreso de la unión. Un paquete que debe abocarse a dos puntuales problemas. El primero es arreglárselas para detener la inflación, que se ha duplicado, según los índices de los últimos años; y el otro reto es el de incentivar la reactivación de la economía, pues ésta no puede seguir sosteniéndose de las remesas.
Pero, para poner en orden estas dos disyuntivas económicas del país, es necesario, por lo menos, brindar certidumbre a las clases media y alta, con lo que ellas puedan arriesgar su dinero en proyectos que permitan mayor contratación de personal, abrir fuentes de ingresos, innovar en los negocios ya abiertos. Sin embargo, lo que sucede es lo contrario: permanentemente, se vitupera esos sectores.
Es evidente que, lejos de acabar con la escala de la inflación y con la dependencia de las remesas, se está provocando una gran fuga de capitales día a día en nuestra nación, aunque las entidades gubernamentales como que no oyen, como que no ven o como que no se enteran de esa realidad.
Razón por la que la actual administración pública parece satisfecha con el «record económico roto» de las remesas o diciendo que la corrupción se ha acabado, pese a que es claro que sucede lo contrario: la corrupción está acabando con el país. (Web: parmenasradio.org).