La pornografía perpetua la violencia contra las mujeres
Redacción.- Ante la ausencia de una educación sexual integral en la sociedad, la pornografía se convierte en la principal opción para que las personas comiencen a explorar su sexualidad. Pero el asunto no es tan sencillo, pues el contenido pornográfico promueve y perpetua la violencia contra las mujeres.
La pornografía legitima la violencia contra las mujeres, pues no sólo es una fantasía, también es un tipo de violencia cultural, señala la socióloga de la Universidad de Chile, Camila Mella, en entrevista para La Tercera.
Al respecto, la psicóloga clínica perito-judicial Guila Sosman explica al mismo medio que la pornografía es un modo de violencia machista, porque crea y perpetúa ciertos estereotipos de la división de los roles sexuales de hombres y mujeres, “en los cuales los hombres aparecen como quienes deciden, muchas veces de manera unilateral cuándo, cómo y con quién tener relaciones sexuales, dejando a la mujer en un rol pasivo y de objeto sexual que está a disposición de los deseos masculinos”.
Una muestra de esto es que si la mujer tiene cierta vestimenta (escote, minifalda, etc.) implicaría necesariamente que la mujer desea tener relaciones sexuales o que está incitando a que esto ocurra. Algo similar pasaría con la idea de que está permitido tener relaciones sexuales con una mujer que ha consumido alcohol, porque si está en ese estado esta ‘buscando’ que algún hombre la aborde para tener sexo”, agrega la psicóloga.
La raíz está en que la industria del porno es mayoritariamente manejada por hombres, tanto en el área de producción y dirección como de consumo; y en términos de contenido, mayoritariamente, se retratan escenarios de subordinación femenina y dominación masculina, expone Camila Mella.
La importancia del consentimiento de la mujer, dice Mella, estaría relegado a un segundo plano, “porque a través de le pornografía los hombres y mujeres han aprendido eso, lo que puede implicar que se justifique y normalicen conductas violentas sexualmente, como es la violación”.
Por otro lado, al ser la principal fuente de información de “educación sexual” para las personas, “los hombres aprenden a relacionarse con el sexo opuesto de manera violenta y mecánica, sin tener en cuenta que ésta debe ser una relación de a dos en la que ambos consienten y están de acuerdo con que esto ocurra”, puntualiza la socióloga.
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