Opinión

La Universidad según Lilia

3 octubre, 2025 8:00 pm
Eduardo Pineda

Hace varios años, en 2014, llegó a mis manos un libro titulado “El mundo invisible, la microbiología según Lilia”, su autora, por supuesto era la Dra. Lilia Cedillo Ramírez. En ese libro se hablaba de qué es eso a lo que llamamos microbiología y porqué ésta es tan absolutamente importante para todos los seres vivos y por ende para los seres humanos. Del subtítulo de esta obra a mi me llamó poderosamente la atención aquello de “según Lilia” y entendí, al cabo de llegar a la última línea del libro, que ese subtítulo tenía por objetivo enunciar que su contenido era precisamente la forma en que ella, Lilia Cedillo, concebía, entendía y comprendía esa rama sorprendente e interesante de la ciencia. Me cayó el veinte -como decimos popularmente- que en su libro se halla una perspectiva personal y única de lo que la microbiología significa para la doctora Lili y también de que ella posee una manera única, peculiar, distintiva, exclusiva y extremadamente asequible de explicar conceptos propios de la ciencia.

Hoy, al estar frente al último día de su primer periodo como rectora y, al mismo tiempo, su primer día del segundo periodo de rectorado, pienso que bien podría existir un libro que se titule “La Universidad según Lilia” y es que la forma en que ella ha dirigido a la máxima casa de estudios de la entidad poblana es, al igual que su visión de la microbiología: única, peculiar, distintiva y exclusiva.

La Dra. Lilia Cedillo es la primera mujer en estar al frente de la BUAP, institución que cuando era parte de la orden Jesuita era representada por hombres, después, al ser la Universidad del Estado de Puebla, también; cuando se convirtió en autónoma, lo mismo y cuando ganó el epíteto de Benemérita, de igual forma era rectorada por hombres. La condición de mujer de Lilia Cedillo le ha dado un sello característico a la Universidad: sensibilidad, cercanía con la comunidad, apertura a escuchar todas las voces, genuina preocupación y ocupación por el sector femenino del estudiantado, por ejemplo, las mamás que son también universitarias y en general las mujeres trabajadoras de la Institución; así mismo ha trabajado por combatir el acoso escolar y laboral, ha pugnado por la equidad e igualdad de género y un largo etcétera.

Además de ser mujer y mamá, la Dra. Lilia, como leíamos al principio, es científica, investigadora y divulgadora del conocimiento, los estudios de licenciatura, maestría y doctorado en ciencias no le fueron suficientes para saciar su mente ávida de saber más sobre los temas que le apasionan y ha realizado investigación científica durante décadas, labor que la llevó a formar parte del prestigiado Sistema Nacional de Investigadores en el cual escaló del nivel 1 al nivel 2 de 3 ya siendo rectora y teniendo las múltiples responsabilidades que ello implica.

Además, ella no renunció a la vocación docente que ha cultivado desde hace más de 40 años, decidió continuar dando clases en la Universidad aún con lo absorbente que puede llegar a ser una rectoría y el trabajo estricto y profesional que la investigación científica demanda.

Por si fuera poco, Lilia Cedillo, la mujer, mamá, científica, profesora y rectora, también es deportista y una deportista que practica una disciplina que no cualquiera mantiene por casi toda una vida, ella es maratonista y siempre llega a la meta. Esto significa que su cuerpo y su mente están entrenados para resistir, para desarrollar una estrategia previa y tener la capacidad de modificarla, literalmente, “sobre la macha”, con un objetivo claro y pese a todas las dificultades que se puedan presentar, incluso pese a la propia mente que también se agota y de pronto quiere rendirse. La doctora, rectora, maratonista, ha aprendido a lo largo de su vida que rendirse no es una opción y ha llevado este principio a la academia, al servicio docente y a la política universitaria. Ella ve el inicio, el camino y la meta y desarrolla una táctica para completar la carrera si o si, y cuenta con la fuerza que la maternidad le ha provisto y la resistencia que los maratones le han otorgado, Lilia va a llegar a la meta siempre y lo hará sin atropellar a otros, sin hacer trampa, siguiendo las reglas de la carrera y respetando a los demás. Y en esto, no sólo estoy hablando de maratones.

Cuando Lilia Cedillo se encontraba en campaña hace cuatro años, recuerdo que algunas personas decían que la doctora no tenía experiencia en la política de la BUAP, definitivamente esa era una percepción errónea, entre otros varios cargos ella ya había sido Vicerrectora de Extensión y Difusión de la Cultura, de hecho, el escritor e intelectual poblano, quien me concedió una entrevista que presento después de estas líneas, Pedro Ángel Palou, me dijo que cuando él fue Secretario de Cultura del Estado de Puebla, trató personalmente con Lilia Cedillo y tuvo la fortuna de conocerla e impulsar proyectos que tocan el terreno de la artes y las humanidades, Pedro me confesó también que a él le parecía que Lilia era mucho más que una científica universitaria, que ella tiene la sensibilidad propia de los seres humanos cercanos al arte y la sutileza de la creación efímera y eterna de las diferentes prácticas culturales; de manera que para el escritor que hoy presentaré, la mujer, mamá, científica, profesora, rectora y maratonista es también humanista.

Una de las principales cualidades de una humanista es la capacidad de escuchar, algo parecido al personaje que Michael Ende puso en el protagónico de su novela “Momo”, la capacidad de oír a los demás y de no generar un prejuicio ni un calificativo al respecto, únicamente escuchar de forma activa y en atención plena. Y la cualidad subsecuente a ésta es la capacidad de dialogar y llegar a acuerdos.

Para ninguno de mis lectores será difícil recordar que a principios de este año 2025, el paro estudiantil en la BUAP se resolvió de una forma magistral. Para recordar cómo se resolvió citaré una publicación que hice en redes sociales el 29 de marzo:

“¡Gracias Rectora!

Gracias Lili Cedillo, gracias por darnos cátedra una vez más, esta vez no fue sobre microbiología, esta vez fue acerca de la virtud de la paciencia, el reconocimiento de la otredad, la empatía, la concordia, la armonía, el amor al esfuerzo y el coraje de no rendirse.

-Tengo la fuerza de una madre y la resistencia de una maratonista, así lo dijiste y así fue-.

Nunca me voy a cansar de agradecer esta lección de vida: mientras muchos fuimos presa de la desesperación, el hartazgo y el enojo ante la arbitrariedad, tú te mantuviste en equilibrio y caminaste con rumbo fijo, firmeza y precisión sin doblarte y sin imponer, fuiste leal a tus principios: el diálogo y la escucha. Fuiste fiel a tus convicciones y nos llevaste a serlo también. Gracias por devolvernos la Universidad, nuestra segunda casa, y gracias por hacerlo de una forma tan ejemplar”.

Me parece que lo que platicamos Pedro Palou y yo se resume en gran medida en esas líneas del 29 de marzo, en ese proceso donde ciertamente había demandas legítimas y justas, pero también intervención de fuerzas externas arbitrarías y cegadas por la ambición, la Dra. Cedillo se mantuvo serena y capaz en el camino de la conciliación. Y es que a su favor no sólo jugaba su pulcro desempeño al frente de la BUAP, también, la absoluta honestidad en el manejo de las finanzas y la administración de los recursos, a ella le asistía la razón respecto a su prédica con el ejemplo de trabajo y entrega por la Institución.

De su primera gestión debemos poner el acento en el inconmensurable logro que representa la Ciudad Universitaria 2 de San Pedro Zacachimalpa, no debemos olvidar que en cinco años más dará cabida a 30 mil estudiantes que antes no podían tener acceso a la universidad pública y autónoma. Este logro también es resultado de una práctica política y negociadora que, al menos en la historia reciente de nuestro país, no tiene paralelo.

Así, la mujer, mamá, científica, profesora, rectora, maratonista y humanista, dio cuenta de ser además de todo lo anterior una política honesta y fuera de lo común, una política que no reprime, que no impone, que escucha, dialoga y acuerda, una política que si cumple sus acuerdos, que no habla por hablar, me parece que es la única persona política que ha hecho eso. Lilia Cedillo no sólo ha sido ejemplo de rectora si no también de política universitaria, por una razón muy simple: ella coloca los principios y valores que aprendió de su familia por encima de cualquier interés material o del poder, y ella pone una y otra vez en el centro de la vida universitaria a los estudiantes sin importar las difamaciones, las injusticias, las calumnias, las amenazas, las faltas de respeto, las presiones que sobre ella ejercen sus adversarios y los intentos de desestabilización.

Para Lilia Cedillo del paro estudiantil se rescatan las demandas genuinas, reales y justas como una forma de aprendizaje de lo que aún se debe mejorar en la BUAP. Para Lilia Cedillo hay una nueva forma de dirigir a una universidad y esa es la Universidad según Lilia. Para Lilia Cedillo no hay buenos y malos, sólo hay una Institución que necesita honestidad, cercanía, humanismo, ciencia, deporte y amor para funcionar, para pensar bien, para vivir mejor.

https://www.youtube.com/watch?v=HB0tRFehWic

Eduardo Pineda

eptribuna@gmail.com





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