Los niños, las “víctimas olvidadas” del covid-19 en Indonesia

14 agosto, 2021 1:05 am


Yakarta, Indonesia.- La hija de Tirsa Manitik nació en junio y murió un mes después, víctima del covid-19 en Indonesia, donde la tasa de mortalidad infantil debida al virus es muy elevada.

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El archipiélago del sudeste asiático se enfrenta en el verano (boreal) a la ola más mortal desde el inicio de la pandemia, que dejó en luto a padres y familiares.

Mi corazón está roto, es un dolor inmenso”, afirma en el cementerio de Yakarta Manitik, de 32 años. Junto con su marido, dibujaron con pétalos de rosa un corazón en torno a la tumba de su hija.

La echo de menos todos los días”.

Según la asociación nacional de pediatras y la ONG Save the Children, Indonesia tiene una de las tasas de mortalidad infantil por coronavirus más altas del mundo.

Cerca de 400.000 indonesios de menos de 17 años se contagiaron durante la pandemia, aunque el bajo número de test realizados y la inconsistencia en la transmisión de los datos oficiales hace que sea difícil establecer comparaciones.

El virus dejó en el archipiélago más de 1.200 víctimas entre los menores, la mitad de ellas menores de un año. Y la mayoría de los decesos se dieron entre junio y julio, en el peor momento de la epidemia en Indonesia, según los datos del Ministerio de Salud y de analistas.

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La malnutrición, la falta de medios sanitarios y una baja tasa de vacunación explican en parte este fenómeno.

Involuntariamente, los padres exponen a sus hijos al virus por el contacto con amigos y familiares contagiados.

Manitik y su marido, que tienen un hijo de 11 años, recuerdan las numerosas visitas que recibieron cuando nació su pequeña Beverly.

Una alegría que se transformó rápidamente en angustia cuando la familia comenzó a enfermar, también el bebé, que se puso muy grave.

– Sin sitio en el hospital –

Mientras el número de casos de covid-19 se disparaba en la capital, Manitik iba de un hospital a otro buscando ayuda para su bebé.

Pero el sistema de salud de Yakarta estaba al borde del colapso, algunos hospitales trataban incluso a los pacientes en tiendas de campaña en el exterior, las familias buscaban por su cuenta bombonas de oxígenos para sus enfermos, y muchos indonesios morían en su casa sin ninguna asistencia.

Cuando los hospitales nos negaban la entrada, me desesperaba”, explicó a la AFP Manitik.

Yo también tenía el virus, pero tenía que luchar por mi bebé”.

Al final, un amigo le ayudó a encontrar una plaza en un hospital.

Internado en cuidados intensivos, su bebé murió una semana después, solo unos días más tarde de su abuelo, que también tenía covid-19.





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