Necesario combatir la desertificación y la sequía en México

17 junio, 2021 7:40 pm

Redacción.- El 17 de junio de cada año se conmemora el  Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, problemas que en México, advierten especialistas, no se han sabido dimensionar.

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Entre las consecuencias que provoca la desertificación y la sequía en el mundo se encuentran la pérdida de la biodiversidad, la degradación de las tierras de cultivo y el posterior riesgo en la producción de alimentos.

La desertificación, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), es la degradación de la tierra en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas (aunque no es exclusiva de este tipo de lugares); y se debe a la vulnerabilidad de estos ecosistemas, a la sobreexplotación y al uso inadecuado de la tierra.

Por otro lado, las sequías son un déficit de lluvias durante un período de tiempo prolongado –una temporada, un año o varios años– en relación con la media estadística multianual de una región. Este fenómeno no es provocado directamente por la población; sin embargo, el impacto puede ser agravado a una gran escala.

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Ambas situaciones abundan en México. El periodista Jaime Núñez señala en su columna en el Heraldo de México que la desertificación, consecuencia de la urbanización, así como de las malas prácticas agrícolas, han propiciado que en el país solo el 11.7 por ciento de la superficie total del territorio sea tierra disponible para el cultivo.

En cuanto a las sequías, basta con decir que en marzo de este año el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) informó que en México al menos 15 estados estaban a punto de quedarse sin agua y otros más con un riesgo alto de alcanzar esta situación. En la mayoría de los casos, debido a la mala gestión del recurso hídrico en el país, lo cual ha beneficiado a grandes industrias que velan por sus intereses y no por el bienestar de la población.

La ONU apunta a la restauración de las tierras degradadas como una posible solución, pues explica que contribuye a la resiliencia económica, a la creación de empleo, al aumento de los ingresos y a una mayor seguridad alimentaria; además, ayuda a recuperar la biodiversidad; permite capturar el carbono atmosférico que calienta la Tierra, lo cual disminuye el efecto del cambio climático.





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