Paty Navidad y los matices de libre expresión

12 agosto, 2021 2:59 pm


La pandemia provocada por el COVID-19 se ha expandido por año y medio y aún no podemos ver un final concreto a la situación mundial que esto ha representado, ni siquiera los países más desarrollados, donde las vacunas están disponibles y abundantes, han escapado a las campañas anti vacunas y detractoras de la existencia del propio virus quienes aseguran que se trata de una conspiración mundial para formar nuevos ordenes sociales e implementar miedo entre la población, estos grupos no han excluido de sus filas a celebridades que se han sumado al discurso y que a través de su plataforma pública de seguidores han hecho correr la desinformación y las teorías conspirativas que representa la corriente anti vacunas

En México, de manera local, una de las principales celebridades a favor de esta teoría es Paty Navidad quien muchas veces ha ventilado sus opiniones personales y otras líneas de pensamiento que apoyan a los grupos anti vacunas, irónicamente, se ha dado a conocer que ha dado positivo a COVID-19 y que ha sido hospitalizada a causa de esta enfermedad, gran parte del público no tardó en ver en este caso un ejemplo de “karma”, sin embargo, asegurar la libertad de expresión es también reservar un espacio para las opiniones disidentes, contrarias y opositoras a la hegemonía.

Claro es que cada individuo libre debe tener la garantía de la libre expresión con la única limitante del otro, es decir, la libertad individual no debe dañar a terceros ni debe ser estandarte de subyugación ajena, cuando cada uno de nosotros disponemos y consentimos la publicación de nuestra opinión o creencia personal en redes sociales, o en cualquier otro espacio, debemos tomar en cuenta que se encontrará de lleno con su contraparte, esta convivencia de opiniones es sana y depende directamente del ejercicio del pensamiento crítico para que pueda resultar.

En el caso anti vacunas el ciclo se encuentra viciado, no solo se expresa la opinión personal o colectiva del grupo, sino se busca desinformar y “desmentir” datos duros e información científica y con esto se pone en peligro a terceros, quienes a falta del pensamiento crítico, que únicamente puede provenir de la información, la formación académica y la apertura de mente, se deja llevar por la corriente con más fuerza o más ruido.

Paty Navidad, igual que cualquier persona, es libre de expresar su opinión o creencia personal así como sus adscripciones de pensamiento, de la misma forma es responsable de cómo esta puede permear en su plataforma de seguidores, y que, como en este caso, puede acarrear consecuencias muy graves para la salud y seguridad de su público; deseándole una muy pronta y optima recuperación, debemos esperar que esta responsabilidad se haga presente en la forma de una reivindicación del daño hecho a través de su calidad de celebridad y persona pública, y que pueda tener el buen atino de admitir el error e invitar a la población a cuidar de sí mismos y de otros, aunque claro, sigue siendo libre de creer y expresar cualquier idea a la que se suscriba.

El mensaje de este caso, como de cualquier polémica de opinión, es un llamado a la formación personal del pensamiento crítico y a la correcta lectura de opiniones, debemos como consumidores ser responsables de aquello que adquirimos, incluyendo las ideas, no dejemos que el actuar de otros condicione nuestras propias conductas, ni forzada ni voluntariamente, debemos estar listos para dilucidar y actuar en consecuencia de nuestro propio pensamiento, y no de lo dictado por influencers, celebridades, políticos o líderes religiosos, al escucharlos recordaremos que en la diversidad de pensamiento recae la libertad, de decisión, de acción y de postura.

 

 





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