Socavón de Santa María Zacatapec: Dos años de un fenómeno insólito
Liliana Tecpanecatl
La madrugada del 29 de mayo del 2021 un fuerte estruendo despertó a la familia Sánchez Xalamihua. En la parte trasera de su propiedad la tierra se hundió, formando una oquedad de 5 metros de diámetro. Al paso de los días, la situación alcanzó niveles insólitos.
Han pasado dos años del nacimiento del socavón en Santa María Zacatapec, y hoy parecen muy lejanos aquellos días en que decenas de curiosos, llegaron hasta Juan C Bonilla, preguntando por la azotea más alta, para tener la mejor foto y presumir en redes sociales.
La zona del hoyanco luce desierta. Los terrenos que entonces se alquilaban como estacionamientos, volvieron a ser las tierras olvidadas en donde juguetean los perros. El perímetro del socavón sigue cercado, pero ya no hay policías resguardando el lugar.
Tampoco se vende ya el pan, ni la maceta, ni la memela que inspiró. La cumbia del socavón quedó en el olvido, igual que las promesas de las autoridades de reparar aquellas casas que, supuestamente, habrían sufrido grietas y daños estructurales a causa del mismo fenómeno.
Sobre la causa del hundimiento, se determinó la sobre explotación de los mantos acuíferos de la zona y aunque se dijo que se realizarán otros estudios para conocer más detalles y su posible evolución, lo cierto es que no se han vuelto a presentar informes al respecto.
El último cambio que se registró en el enorme hoyando, fue en septiembre del 2022 cuando se desprendió un acantilado en el lado este de la oquedad, aumentando el diámetro de la misma. El eje mayor pasó de 126 a 132.8 metros, mientras que el eje menor pasó de 123 a 129 metros.
La explicación fue que las lluvias reblandecieron la tierra y dejó abierta la posibilidad de que en condiciones parecidas, el hoyando seguiría creciendo. Luego del socavón en Zacatepec se han registrado tres más en el estado de Puebla, uno en Nautla, localidad de Tlatlauquitepec, otro en Palmar de Bravo y recientemente uno más en Tehuacán.