Vuelven turistas locales al “Gran Cañón de Afganistán”
Redacción.- El azul marino irreal de los lagos de Band-e Amir, en el centro del país, vuelve a atraer a turistas afganos, que atraviesan malas carreteras y pistas no asfaltadas para descubrir la magnificiencia del “Gran Cañón de Afganistán”.
Cuenta la leyenda que este conjunto de seis lagos de montaña en el macizo del Hindú Kush, declarado en 2009 el primer parque nacional del país, fue creado por Ali, el yerno del profeta Mahoma, con un milagro que convenció al rey local para convertirse al islam.
De forma más prosaica, los geólogos explican que esta formación excepcional se debe a la acción de fuentes cargadas de carbonatos que formaron las paredes de una roca calcaria, el travertino, reteniendo el agua como presas naturales.
Siete semanas tras la toma del poder por los talibanes, el lugar, entonces desierto, comienza a recibir turistas que alquilan por el equivalente a ocho dólares la hora los patines a pedales con forma de cisne importados de Irán.
A mediados de septiembre, las imágenes de talibanes armados a bordo de estos patines, algunos con lanzacohetes, dieron la vuelta al mundo.
“Venimos de Kabul, es la primera vez”, explica Asal Walizada, institutriz de 23 años. “La ruta es segura y no hemos tenido ningún problema. ¡Es tan bonito aquí!”.
Con sus amigos adolescentes, Hadi, de 17 años y con un bañador que le llega hasta las rodillas, se zambulle gritando de alegría en el agua transparente que, a finales de año, supera los quince grados.
“Yo vivo aquí desde hace cuatro años y cada día, cuando hace suficiente calor, nado en el lago”, dice con una gran sonrisa.
Para los comerciantes de ‘souvenirs’ o productos artesanales, alineados en una avenida que conduce al lago principal, el retorno de los turistas locales es un alivio tras semanas sin visitantes.
Respecto a los turistas extranjeros, saben que tardarán en volver a verlos.
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