El consumo vuelve a EEUU pero la inflación se percibe como una amenaza

17 febrero, 2021 1:52 pm

Washington, Estados Unidos.- Estados Unidos recupera algo de optimismo según muestran los gastos de consumo que subieron en enero, mientras el presidente Joe Biden redobla esfuerzos en pos de su plan de estímulo de 1,9 billones de dólares, que sin embargo genera temores de un recalentamiento de la economía.

Las ventas minoristas subieron fuertemente en enero luego de tres meses de baja, impulsadas por los cheques de ayuda a los hogares y apoyo a los desempleados en el marco del plan de estímulo de 900.000 millones de dólares adoptado a fines de diciembre.

Así en el primer mes de 2021, los consumidores estadounidenses gastaron 568.200 millones de dólares, 5,3% más que en diciembre, según datos divulgados el miércoles por el Departamento de Comercio. El incremento es de 7,4% sobre enero de 2020.

Los analistas esperaban un alza más modesta, de 0,8%.

Los datos son positivos para un país en donde el consumo representa dos tercios del PIB.

La única explicación lógica (…) es que la segunda serie de medidas de estímulo dio en el blanco y [el dinero] se gastó casi inmediatamente”, destacó el economista Joel Naroff en una nota de análisis.

Los cheques de 600 dólares por persona y las ayudas por desempleo prolongado permitieron a los estadounidenses comprar electrodomésticos, muebles y artículos para el hogar, pero también libros, instrumentos musicales, artículos deportivos y gastar en ocio.

Incluso bares y restaurantes, que sufren particularmente con la crisis, registraron un alza de ventas de 6,9% en enero, por primera vez desde setiembre, aunque siguen 16,6% por debajo de su nivel de actividad de enero de 2020.

– Demasiado o demasiado poco –

El presidente Joe Biden opina que se debe hacer más para superar esta crisis, y aboga por que el Congreso apruebe su proyecto para inyectar 1,9 billones de dólares a la economía.

El plan prevé liberar fondos para acelerar el ritmo de vacunación contra el coronavirus, la reapertura de escuelas y ayudas a empresas y hogares en dificultad, pero también pretende liberar dinero para ciudades y estados para que puedan pagar salarios de bomberos, policías y maestros.

La Casa Blanca sostiene que es mejor hacer más de lo necesario que quedarse corta, una tesitura sostenida por varios economistas que consideran indispensable esta intervención ante la cifra de más de 20 millones de desempleados que tiene el país.

Otros, sin embargo, temen que se produzca un exceso de gasto que impulse al alza los precios. Es el caso de Larry Summers, ex secretario del Tesoro de Bill Clinton y principal consejero económico de Barack Obama, quien advirtió que el plan de Biden podría desatar “presiones inflacionarias inéditas desde hace una generación”.

– La sombra de la inflación –

Muestra de que la amenaza existe, el índice de precios al productor, que mide los precios que pagan los fabricantes, trepó 1,3% en enero, su alza más importante desde que existe este indicador lanzado en diciembre de 2009.

Los precios de los servicios impulsaron este incremento. El economista Ian Shepherdson, de Pantheon Macroeconomics, evoca en particular un aumento puntual de reembolsos de gastos médicos.

Esta suba llega “cuando los mercados observan los riesgos de inflación” de cerca “y refuerza la idea de que el alza de la actividad económica luego de la pandemia conllevará una inflación más alta”, indicó.

El mercado obligatorio, en línea con esta visión, dio una señal de alarma desde el martes, con la suba de las tasas de interés sobre los bonos del Tesoro a 10 años a su nivel más alto en casi un año.

Queda por saberse si esta alza de precios será duradera o temporal.

Es poco probable que las presiones sobre los precios se mantengan, considerando la capacidad excedentaria de la economía” (ndlr: para producir y consumir), estimó Rubeela Farooqi, economista de HFE.

 

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