Diversificación de empresas transnacionales: El caso Huawei
La diversificación empresarial es una táctica que muchas empresas optan por aplicar para aprovechar una oportunidad en el mercado y reducir riesgos. Aunque no es nada novedoso, hoy en día, especialmente a raíz de la pandemia, se ha vuelto un gran aliado de todo negocio para enfrentarse a la volatilidad e inestabilidad de los mercados.
¿Qué es la diversificación empresarial? La diversificación empresarial consiste en ingresar a nuevos mercados y aumentar la gama de productos o servicios que ofrecemos con la finalidad de reducir riesgos o aumentar nuestras utilidades. En pocas palabras se trata de no poner todos los huevos en una misma canasta.
De aquí se desglosan cuatro categorías:
● Diversificación vertical: Consiste en desarrollarse en un área poco conocida, la empresa se convierte en su propio proveedor y cliente.
● Diversificación horizontal. Los nuevos productos pueden o no estar relacionados con los pasados, pero el mercado es similar al antiguo.
● Diversificación conglomerada: Los productos y mercados no tienen nada que ver con los producidos por la empresa hasta el momento.
● Diversificación concéntrica: La empresa produce nuevos productos y los vende en otros mercados similares o no a su mercado original.
La mayor desventaja de la diversificación empresarial es que implica dejar de invertir en nuestras mejores ideas por otras que a lo mejor no son tan buenas, arriesgando así la rentabilidad del negocio. Por lo que debemos ser muy cuidadosos y sopesar cuáles mercados nos convienen más para invertir.
Entre las ventajas de la diversificación empresarial podemos mencionar:
● Ingreso en las ventas: Si introducimos nuestros productos en un nuevo mercado tendremos más posibilidades de aumentar las ventas.
● Reducción de riesgos: Distribuir nuestras inversiones reduce el riesgo de pérdidas financieras.
● Mano de obra barata: Puede que encontremos mano de obra más accesible en otros mercados.
● Mayor aprovechamiento de recursos: Podemos reutilizar ciertos recursos en la producción de otros bienes que vendamos.
Caso Huawei
Es normal para las empresas el querer ampliar sus horizontes, a raíz de los cambios e inconvenientes dentro del mercado o simplemente para aprovechar una buena oportunidad en este. Sus mismas estrategias de crecimiento los llevan a adentrarse en nuevos mercados o a expandir su posición geográfica, como es el caso de la diversificación internacional.
Tal es el caso de Huawei, quienes abrieron sus puertas en México en el 2001, y son claro ejemplo de cómo las empresas transnacionales han invertido en mercados diferentes del que son reconocidos. .
Hace unas semanas la marca dio a conocer su interés en ingresar al sector automovilístico de la mano de Arcfox, una subsidiaria de la empresa BAIC Group, al anunciar su primer auto eléctrico: el Arcfox Alpha S. El vehículo se caracteriza por contar con el sistema operativo HarmonyOS de Huawei, el cual ofrece un sistema de conducción autónoma, compuesto por 12 cámaras y 13 radares ultrasónicos, conectividad 5G y hasta 700 kilómetros de autonomía.
Lo que podemos notar con Huawei es que hasta el momento han sido muy cuidadosos en la manera en la que ingresan a nuevos mercados. Se han limitado a realizar colaboraciones con otras marcas y a proporcionar componentes y servicios, en vez de hacer todo por su cuenta, en este caso un automóvil. Una jugada muy inteligente pues no se arriesgan a correr tantos riesgos en un sector todavía desconocido para ellos.
Puede que en un futuro los veamos diseñando y produciendo por completo su propio automóvil u otro tipo de vehículo. Mientras su jugada esté bien pensada y planeada los resultados serán muy beneficiosos para el futuro de la empresa.